Salvado de la desesperación

Palabra Viva
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Episodio 99: Salvado de la desesperación
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INTRODUCCION

Buen día hermanos, amigos, bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Salvado de la desesperación” Y es bueno explicarle que este es un testimonio, que vale la pena poner atención.

Es un testimonio de un sujeto que fue huérfano de padre y abandonado por su madre. Y vemos como la miseria del mundo, entorpece el crecimiento natural de familia en niños de manera tal que vemos el producto de una sociedad corrupta donde muchos niños crecen y son posteriormente adultos en manos de Satanás.

Así que este es un testimonio que hemos visto interesantísimo, “Salvado de la desesperación” Para ello estamos utilizando también dos versículos. En Salmos 10:14 que dice así: Señor, miras el trabajo y la vejación. A ti se acoge el desvalido. Tú eres el amparo del huérfano.

En Gálatas 1:3-4 dice: nuestro Señor Jesucristo se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo.

ORACION

Oremos, hermanos. Padre la gloria en el nombre de Jesús. Venimos a ti, señor dándote gracias por la vida, gracias por esta palabra. En medio de las gracias, señor, también reconocemos nuestra deficiencia, nuestras falencias cuando desobedecemos, cuando fallamos y te pedimos el perdón de nuestras fallas, nuestros pecados en el santo nombre de Jesús.

Permítenos señor que nosotros veamos en esta palabra la profundidad, cuando tú dices que tú eres el amparo de los huérfanos. Y esos huérfanos representan a todas las personas que no tienen a nadie que lo sostenga y lo defiendan. El caso del testimonio que vamos a narrar. Así que te damos gracias, señor, por tu palabra en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.

MEDITACION

OK. Huérfano de padre y abandonado por mi madre cuando tenía 2 años fui a parar a un orfanato religioso. La severa educación que recibí, marcada por la falta de amor, solo logró volverme amargado y rebelde.

A los 18 años, mayor de edad y libre, al fin pude vivir como me placía y dar rienda suelta a todos los desenfrenos. Pero rápidamente mis amargas experiencias me mostraron la realidad, pues el alcohol, la droga y lo desenfrenos me llevaron a lo más bajo de la sociedad.

Terminé en la cárcel y luego en la calle donde viví miserablemente y hastiado en la vida durante 20 años. Un día conocí a León. Un creyente que me ofreció un Nuevo Testamento. Lo leía, pero no comprendía nada. Sin embargo, algunos pasajes me hablaban del amor de Dios. Se grabaron en mi mente. Entonces traté de buscar a ese Dios en la iglesia. Y las peregrinaciones, pero no lo encontré.

Desanimado, me refugié todavía más en la droga y en el alcohol. No veía otra alternativa que la muerte. Así que la buscaba. Pero ya no deseaba vivir. Por eso intenté suicidarme. Pero llegó un día que jamás olvidaré. Mientras mendigaba en la calle, dos jóvenes se acercaron a mí y me hablaron de Jesús como salvador. El único que podría sacarme de la miseria.

Este fue el punto de partida de una nueva vida. Todo mi negro pasado estaba ahí ante mí. Pero Dios mediante su palabra, me daba a conocer su perdón y su perfecto amor en Jesucristo. Desde ese día sé que me ama y no ha dejado de probármelo.

Bien, aquí vemos entonces el panorama de un testimonio de una criatura perdida, pero vemos la mano de Dios cuando dice: He aquí, yo estoy a la puerta llamando las personas para que conozcan a Cristo.

El amor que Dios da a través de Juan 3:16 “porque de tal manera amó Dios al mundo, qué dijo a Jesucristo para que todo aquel que en él crea no se pierda, más tenga vida eterna.” Así que, si estás en pecado confiésalo, arrepiéntete ahora que es tiempo. Y tú cristiano amado hermano, tienes que predicar la palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo.  Que el señor bendiga tu día hasta luego.