INTRODUCCION
Buen día hermanos y amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy estoy presentando. El tema titulado “Dos hombres y dos historias”. Dos hombres y dos historias. Para ello estoy utilizando dos versículos del Nuevo Testamento. En 1 Corintios 15:22,47 dice así: Porque así como en Adán, todos mueren también en Cristo, todos serán vivificados. El primer hombre es de la Tierra terrenal. El segundo hombre que es el señor es del cielo. Y en Juan 3:7 dice: Jesús dijo, Os es necesario nacer de nuevo
ORACION
Oremos. En el nombre del señor, buscamos tu rostro, padre celestial. Santificado sea tu nombre. Señor, recibe nuestras alabanzas. Todos nuestros pensamientos, nuestro corazón. Recibe señor, nuestro agradecimiento por tus bendiciones. Y en esta oración señor, solicitamos que tu Espíritu Santo sea en medio de nosotros. Y que esta meditación sea recibida con gozo y sea de bendición de quienes participan. En el nombre de Jesús, señor, que es sobre todo nombre. Amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Dos hombres y dos historias. La Biblia nos cuenta esquemáticamente la historia de dos hombres y su descendencia. La historia del primero es triste, Adán puesto por Dios en unas condiciones ideales, desobedeció y se convirtió en un hombre pecador. Luego sus descendientes no cesaron de alejarse de Dios, su creador.
Su historia está marcada por la violencia y la inmoralidad. Todo individuo que vive sin Dios tiene las características del primer hombre. Sobre el cual Dios pronunció una sentencia de muerte. Ahora. La historia del segundo hombre está en los evangelios y relata la vida perfecta de Jesús. El hijo de Dios. Quien tomó cuerpo de hombre.
En la Tierra, cuando Cristo vino a obedecer a Dios, su perfecta obediencia lo condujo a la cruz. Pues Dios quería perdonar al hombre pecador mediante el sacrificio expiatorio de su hijo. Por nuestro nacimiento tenemos la misma naturaleza que el primer hombre, nos identificamos perfectamente con su historia. Pero el Dios de gracia ofrece a todos la posibilidad de adquirir la misma naturaleza que su hijo. No se trata de mejorar nuestra vieja naturaleza que es incurable. Para esto, para estar unido a Cristo y poseer tu misma vida es preciso nacer de nuevo.
Amigo y hermano. Para ello debemos reconocer que estamos perdidos. Y depositar nuestra confianza en la salvación que Cristo consiguió, mediante el don de su vida en la cruz. A través de este nuevo nacimiento recibimos la vida eterna y pasamos a ser hijo de Dios, Juan 1:12. Ese es el propósito de nuestro Dios. La salvación para nosotros a través del arrepentimiento, del reconocimiento de su hijo Jesucristo. Y pasar entonces a ser hijo de Dios y estar sellado por el Espíritu Santo. Que el señor bendiga tu día hasta luego.