INTRODUCCION
Buen día amados hermanos, amigos, vecinos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Un amor muy grande” Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento en el libro de Juan 15:13 y dice así: ”Nadie tiene mayor amor que este. Que uno ponga su vida por sus amigos.”
ORACION
Padre de la gloria, santificado sea tu nombre. En estos momentos queremos pedirte el perdón por nuestros pecados y restauración, Señor. Y también Señor darte gracias por esta palabra que nos instruye cada día y esa palabra que nadie tiene mayor amor que este, es un amor que muchos no comprenderían, pero aquí realmente Señor, es la personificación del amor, describe la cruz, como es evidente.
Un amor que es Jesucristo, tu Padre a través de Jesucristo. Un amor ágape, santo, eterno y justo, y por ello te damos gracias, gracias por esa manifestación inconmensurable. Y solicitamos fortaleza, perdón y restauración para permanecer en tu voluntad en el nombre de Jesús amén, amén y amén.
MEDITACIÓN
OK. Estas fueron las palabras de Jesús mientras conversaba con sus discípulos. Al inicio, él habla de la importancia de tener una relación íntima con el Padre celestial, así, tomando el ejemplo de una vid con sus ramas conectadas trae como resultado los frutos, del mismo modo, una verdadera amistad trasciende el tiempo y la distancia y hasta es capaz de darse para salvar la existencia de la otra.
Que profundidad hay aquí en este texto. Amigo y hermano, lo que no sabían ellos era que el amor del Señor no se quedó en palabras, sino se tradujo en acciones. El fue a la cruz y dio su vida por sus amigos. Pero también por todo aquel que en él creía.
Y recordemos, que Jesús está hablando con sus discípulos y posteriormente el muere, así que el demuestra todo lo que él les estaba enseñando. Y dio la vida por sus amigos, por la humanidad.
No sé si tienes algún amigo y tampoco sé si eres capaz de darlo todo por esa amistad. El versículo de hoy nos habla del mayor amor, la palabra amor se refiere en el origen griego ágape, que es el amor divino. Ese es nuestro modelo para amar a otros que esta palabra haya sido de bendición para tu vida. Hasta luego el Señor bendiga tu día.
