INTRODUCCION
Buen día hermanos, amigos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy estamos presentando, la meditación titulada: “La felicidad es el resultado de obedecer a Dios”. Estamos utilizando en 1 Pedro 3:10-11 y dice así: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien, busque la paz y sígala.
ORACION
Oremos hermanos. Padre celestial en el nombre de Jesús te damos gracias por la vida. Gracias, señor, por esta palabra que nos instruye, que redarguye, que nos ayuda a pensar, señor, no solamente en pensamiento, sino en nuestros hechos cada día, señor, buscando señor, todo lo que está de acuerdo a tu voluntad. El camino de la cruz padre.
Gracias, señor, porque nos haces ver la importancia de la convivencia entre nosotros, los humanos, los hermanos, en especial esa importancia del amor, de la humildad y de la práctica del bien para la vida en esta comunidad.
Por ello te damos las gracias, padre, y te solicitamos encarecidamente en este momento padre que bendigas todo el grupo que está participando en el santo nombre de Jesús, señor amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. La felicidad es el resultado de obedecer a Dios. Muchas personas se imaginan que quienes obedecen al señor tienen una vida aburrida. Los que razonan así, muestran quien no conocen el gozo cristiano. Pero sobre todo que no conocen a aquel a quien estamos invitados a someternos por amor.
Igualmente es hacer un mal cálculo. Algunos dicen, necesito un poco de religión para librarme de la condenación, pero también quiero disfrutar los placeres de esta vida. Sin embargo, esos placeres no pueden ser comprados a la felicidad que da la aprobación de Dios en nuestras vidas.
Como dijo alguien, la felicidad que uno busca sólo para sí mismo se esfumara ante nosotros como un espejismo. Nunca podremos alcanzarla. Pero si nuestra prioridad como cristianos es obedecer al señor en vez de pensar en nosotros, nuestra felicidad vendrá de forma natural como resultado de esta obediencia.
Quizás esto explica por qué nosotros los cristianos no siempre somos tan felices como podríamos serlo, pues ¿Dónde están nuestras prioridades? Quizás esto explica por qué a nosotros los cristianos no siempre somos tan felices como podríamos serlo, pues ¿Dónde están nuestras prioridades? Y era importante repetir la interrogante.
Amigo y hermano. Dios no nos promete un futuro eterno de felicidad al precio de una vida de frustración en la tierra. Desde hoy, desea lo mejor para sus hijos que caminan con él. Mira, yo te he puesto delante de ti hoy la vida y el bien. Porque yo te mando hoy que ames al señor tu Dios, que andes en sus caminos y guardes sus mandamientos, Deuteronomio 30:15-16. Y el Salmos 4:7 dice: Tú distes alegría, mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto, que el señor bendiga tu día hasta luego.