Una Alimentación del Alma

Palabra Viva
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Episodio 115: Una Alimentación del Alma
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INTRODUCCION

Buen día hermanos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Una alimentación del alma” Y estamos utilizando el texto en el Antiguo Testamento, en el libro de Jeremías 15:16 y dice así: Fueron halladas tus palabras y yo las comí. Y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón. Porque tu nombre se invocó sobre mí. Oh, Jehová, Dios de los ejércitos.

ORACION

Oremos hermanos. Padre de la gloria en el nombre de Jesús oramos buscando tu rostro, padre y dándote gracias por la vida y por esta palabra. La palabra que nos redarguye, que nos guía, que nos corrige.  Esa palabra, señor, que nos hace ver las relaciones entre tu majestad padre santo y nosotros personalmente por grupo y por la familia de la congregación.

Por eso tenemos que darte gracias todos los días en todo momento. Porque te estamos conociendo, señor, a través de tu palabra y porque tu nombre se invoca sobre nosotros. Por eso, señor, nosotros, conforme a esta palabra, queremos extender nuestro agradecimiento solicitándote también, señor la bendición sobre el grupo participante padre.

Que se haga tu voluntad sobre nosotros. Danos la fortaleza, padre santo, danos la fuerza y protección que tú das siempre.  Te la solicitamos en el nombre de Jesús amén, amén y amén.

MEDITACION

OK. Muchos se preocupan por alimentar el cuerpo. Pero pocos por alimentar el alma. El profeta Jeremías reconoce que, al alimentarse de la palabra de Dios, le trae gozo a su alma. No basta con tener la palabra de Dios al alcance sino digerirla.

Y ese nombre invocado sobre la persona es una gran bendición. Jeremías reconoce los beneficios de alimentarse con el pan de vida. Amigo y hermano, las Escrituras dicen que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios en Deuteronomio 8:3

Ahora en este día, te invito a tener la mejor dieta espiritual. La que viene del cielo y trae fortaleza al alma. No alimentes tu mente de cosas que no edifican sino de la verdad del Dios eterno, que el señor bendiga tu día hasta luego.