Introducción
Buen día, hermano y amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación. Titulada Transformación, basada en Juan 5: 24, que a continuación dice así: Dice Jesús: Desierto, desierto, os digo, el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no vendrá a condenación más ha pasado de muerte a vida.
Oración
Señor, hoy. Decidimos, Señor, darte gracias, como cada día, Señor, tú pones. En nuestra conciencia, Señor, en nuestro grado de perceptibilidad, Señor, el que tú eres el Dios eterno, el Dios de la misericordia, el amor del perdón, y por ello, Señor. Te damos las gracias. Con misericordia es grande tu amor y tu palabra, que nos ilustra el yo soy de Jesús, Padre Santo.
El yo soy como se presenta, cómo nos habla, porque Él es el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el Buen Pastor, la resurrección y la vida, el camino, la verdad y la vida, la vid verdadera, el yo soy de Jesús. Por ello te damos las gracias porque abre nuestra conciencia, Señor, y nuestro corazón se goza Al saber señor que es a través de Jesucristo que somos. Salvo Señor, con la esperanza de vida eterna, Padre Santo, damos gracias y pedimos perdón por nuestros pecados son confesados delante de Ti lo confesamos, padre, solicitamos bendiciones en todo aquel que oye, decide, cree y hace por Jesucristo en el nombre de Jesús, Amén, amén y amén.
Meditación
Vamos a narrar aquí el caso de un joven. En El Mundo europeo, Harris. No era feliz si sentía un gran vacío. En el año 2002 dejó todo familia, amigos y trabajo. Se marchó de Grecia a Escocia para volver a empezar una nueva vida. Con la esperanza de encontrarla, felicidad. Pronto consiguió trabajo y alojamiento, de modo que su horizonte cambió completamente, “Por fin” pensó, ahora todo me irá mejor.
Estaba muy ocupado con sus estudios y su trabajo. Pero seguía sintiendo una sensación de vacío indefinible. En ese momento empezó a hacerse preguntas sobre Dios. Cuando era niño, sus padres lo llevaban a una iglesia ortodoxa griega, pero las personas que asistían a ella no parecían ser felices. No leían la Biblia porque, según ellos, el único que puede leerla e interpretarla era el sacerdote de su congregación.
Entonces se volcó hacia el budismo, pero algunos meses más tarde su sed por conocer a Dios, seguía estando allí. Un día. En una página de Internet griega. Leyó un texto de la Biblia. En esa página también pudo leer testimonios de personas de toda clase. Quienes hablaban del cambio que se había producido en sus vidas. Hablaban de su conversión. Como una transformación eran. Eso se notaba, ese era el cambio que él necesitaba.
Amigo y hermano. Hoy día. Harris, convertido no a una religión, sino a una verdad. Que está en Jesucristo, da testimonio de su transformación. Desde que supo que Dios perdonó sus pecados. Una profunda paz lleno su corazón. Su alegría de vivir está basada en el señor Jesús, Sus Salvador. El señor, bendiga tu día hasta luego.