Juan

Juan, el autor del cuarto evangelio, manifiesta con admirable concisión el propósito que lo mueve a escribirlo. Como dialogando figuradamente con sus futuros lectores, les explica que las señales milagrosas hechas por Jesús y recogidas «en este libro… se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre»