INTRODUCCION
Buen día amados hermanos, amigos, conocidos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios, y hoy la meditación la hemos titulado: “Purificación especial.” Basada en el Antiguo Testamento, en el libro de Isaías 48:10 y dice así: ”He aquí te he purificado, y no como a plata. Te he escogido en horno de aflicción.”
ORACION
Oremos. Padre de la gloria en el nombre de Jesús te damos gracias por la vida. Gracias Señor por tu palabra. Gracias Señor por nuestra humanidad, oh Dios, perdona nuestros pecados, límpianos y restáuranos.
Sabemos, Señor, que nuestra humanidad es terca en todos los tiempos. Aún conociéndote Señor, somos conscientes de nuestro mal vivir, pero agradecemos Padre celestial por amor a tu propio nombre, tu insistencia en salvarnos te pedimos nuevamente, Señor, el perdón.
Te solicitamos la restauración y bendiciones de quienes te hemos buscado y encontrado en el nombre de Jesús en el nombre de Jesús, Señor amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. En este pasaje de las escrituras vemos la figura de la purificación. La plata para tener excelente calidad debía pasar por un proceso hasta ser convertida en una preciosa joya. Tenía que pasarse por el fuego para sacar las sustancias impuras del metal y terminar siendo de un gran valor.
Dios comparaba a Judá e Israel como barra de hierro y frente de bronce en Isaías 48:4, eran más duros que la plata y él los llamó. Pero usó un horno muy diferente al usado por la plata. Este horno fue llamado horno de aflicción. Ellos debían reconocerlo en medio de la prueba.
Amigo y hermano. Seamos sinceros, mucha gente no quiere saber de Dios. Son duros de corazón. Además, han vivido por muchos años alejado de los preceptos del Señor, pero Dios, Él, en su misericordia, les hace un llamado para que se acerquen y le sirvan, y en muchas ocasiones, así como el pueblo de Israel, era duro para obedecerle a él, les hace un llamado a través de las pruebas.
Pregúntale a grandes siervos del Señor ¿Cómo conociste a Dios de verdad? Algunos te dirán con los ojos mojados, me acerqué a Dios, pues con los ojos secos me fue difícil conocerlo.
Tal vez en este momento estás por ese horno de aflicción. No temas que eso que hoy pareciera duro, mañana será un testimonio para la gloria de Dios.
Eso sí. Si atiendes al llamado que en este momento te está haciendo para que le sirvas, recuerda que, si el Señor te está haciendo un llamado en estos momentos, lo importante es aceptarlo y verás que pasarás la prueba y serás bendecido en toda tu vida. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.