
¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Él dijo: No lo soy” (Juan 18:17). Pedro, el valiente, el apasionado, el que prometió fidelidad… niega. No por falta de amor, sino por miedo. Esta escena no es solo dolorosa, es humana. Y Jesús la conoce de antemano.
Este episodio reflexiona sobre cómo el temor puede silenciar la fe. En tiempos de presión, incluso los más comprometidos pueden fallar. Pero la historia no termina en la negación… termina en la restauración.
“Una triste negación” es una invitación a reconocer nuestras caídas sin quedarnos en ellas. Este episodio es para quienes han fallado, y necesitan recordar que Jesús no cancela… restaura.
Preguntas para reflexión
- ¿Has negado tu fe por miedo o presión?
- ¿Qué te impide reconocer públicamente tu relación con Jesús?
- ¿Cómo puedes permitir que la gracia te restaure después de la caída?
La negación no es el final. Hoy, deja que la mirada de Jesús te encuentre… y te restaure.