
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios…” (Colosenses 3:12). Pablo no habla de ropa literal, sino de actitudes que deben cubrirnos cada día: misericordia, humildad, paciencia, amor. Esta vestidura no se compra ni se impone, se cultiva desde el corazón transformado por Cristo.
Este episodio reflexiona sobre cómo la vida cristiana se expresa en lo que “llevamos puesto” espiritualmente. En tiempos donde la apariencia domina, Dios nos llama a vestirnos de lo invisible pero esencial. El amor, como vínculo perfecto, es el broche final de esta vestidura especial.
“Una vestidura especial” es una invitación a revisar cómo estamos tratando a los demás. Este episodio es para quienes desean reflejar a Cristo no solo en palabras, sino en actitudes que se notan… como si fueran parte de su ropa diaria.
Preguntas para reflexión
- ¿Qué parte de esta vestidura espiritual necesitas renovar hoy?
- ¿Estás tratando a los demás como alguien vestido de compasión y humildad?
- ¿Cómo puedes dejar que el amor sea el vínculo perfecto en tus relaciones?
Tu fe no solo se cree, se viste. Hoy, ponte la vestidura especial… y deja que Cristo se refleje en cada gesto.