
“Y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Jesús no solo envía, acompaña. Esta promesa, dada justo después de la Gran Comisión, es el ancla que sostiene a todo discípulo: no estamos solos en la misión.
Este episodio reflexiona sobre la presencia constante de Cristo en medio de nuestras tareas, luchas y llamados. En tiempos de soledad, esta verdad nos recuerda que Él no abandona. Su presencia no es ocasional, es diaria, fiel, cercana.
“Yo estaré con ustedes” no es solo consuelo, es poder. Este episodio es para quienes necesitan renovar su confianza en que Jesús camina con ellos, incluso cuando el camino parece incierto.
Preguntas para reflexión
- ¿Estás viviendo como si Jesús realmente estuviera contigo cada día?
- ¿Qué áreas de tu vida necesitan ser fortalecidas por Su presencia?
- ¿Cómo puedes compartir esta promesa con otros que se sienten solos?
La misión es grande, pero no estás solo. Jesús lo prometió: Yo estaré con ustedes… todos los días.