
/
Andrés fue uno de los primeros en seguir a Jesús. Su primera acción después de encontrar al Mesías fue compartirlo con su hermano. “Hemos hallado al Mesías” (Juan 1:41) no es solo una frase informativa: es una declaración de gozo, certeza y urgencia espiritual.
Este episodio habla sobre cómo el encuentro personal con Cristo transforma no solo nuestra vida, sino también nuestro deseo de orar por otros y compartirles esa esperanza. La oración es el puente entre nuestro corazón y la vida de quienes aún no conocen a Jesús.
Cuando hallamos al Mesías, también hallamos una misión. Nuestra oración deja de ser centrada en nosotros y se convierte en un clamor por aquellos que aún necesitan conocer al Salvador.
Preguntas para reflexión:
- ¿Qué tan natural es para ti compartir con otros lo que Dios ha hecho en tu vida?
- ¿Por quién estás orando para que también encuentre al Mesías?
- ¿Cómo puede crecer tu pasión por interceder por los que aún no creen?