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Antes de que existiera el ser humano, Dios ya estaba cuidando la tierra. Génesis 2:5-6 nos muestra una escena íntima y silenciosa del Edén en formación: sin hombre aún, pero con niebla que subía y regaba el suelo. Este detalle revela un Dios atento, proveedor desde el principio, preparando el entorno con amor y detalle.
En este episodio reflexionamos sobre el cuidado invisible pero constante de Dios. Aun cuando no lo ves, Él ya está obrando. Aun cuando tú no has llegado, Él ya está proveyendo. Nada en tu vida es improvisado si está en Sus manos.
Dios no comienza a cuidarte cuando tú apareces; Él cuida desde antes. Esta es una invitación a confiar en Su providencia, incluso en lo que aún no ves.