
«En Hechos 16:6, el Espíritu Santo impide a Pablo y a sus compañeros predicar en Asia. Lo que parece una interrupción es en realidad una dirección divina. Dios no solo abre caminos, también cierra puertas… y eso también es guía.
Este episodio nos lleva a considerar cómo el Espíritu guía, no siempre por lo lógico, sino por lo soberano. Ser guiado no es solo moverse hacia adelante, sino saber cuándo detenerse. A veces, la mejor obediencia es esperar, confiar y dejar que Dios trace la ruta.
“El guiador” es una invitación a depender más del Espíritu que de nuestras agendas. Él ve lo que nosotros no. Y si dice «»no»», es porque hay un mejor «»sí»» en camino.
Preguntas para reflexión:
¿Cómo reaccionas cuando Dios cierra una puerta que querías cruzar?
¿Confías en la guía del Espíritu incluso cuando no parece razonable?
¿Qué decisiones estás tomando ahora que necesitas someter a Su dirección?»