
“Amigo, no te hago agravio; ¿no conveniste conmigo en un denario?” (Mateo 20:13). En esta parábola, Jesús confronta nuestras ideas sobre justicia y mérito. El dueño de la viña da lo mismo al que trabajó todo el día y al que llegó al final, no porque sea injusto, sino porque es generoso.
Este episodio nos invita a examinar nuestro corazón cuando Dios bendice a otros de maneras que no esperábamos. ¿Podemos aceptar que la gracia no se reparte según nuestras medidas humanas, sino según la bondad del Rey? Dios no es injusto; simplemente no está limitado por nuestras nociones de equidad.
“Un pago justo” nos enseña que el Reino de los Cielos no funciona por mérito, sino por gracia. Y la verdadera humildad se expresa cuando celebramos la generosidad de Dios hacia todos, incluso cuando no encaja con lo que pensábamos merecer.
Preguntas para reflexión:
- ¿Cómo reaccionas cuando Dios bendice a alguien que, según tú, no lo “merecía”?
- ¿Estás sirviendo por gratitud o por comparación con otros?
- ¿Qué revela esta parábola sobre tu comprensión de la gracia de Dios?