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El sabio Agur menciona cuatro seres majestuosos en su andar: el león, el gallo, el macho cabrío y el rey al frente de su ejército. No solo son bellos por su apariencia, sino por la manera firme, decidida y digna con la que se mueven. Este episodio nos enseña que el carácter y la forma en que caminamos en la vida reflejan lo que llevamos en el corazón.
Caminar con seguridad no es arrogancia cuando se hace con integridad. La oración no solo nos conecta con Dios, también moldea nuestra actitud, fortalece nuestro paso y alinea nuestra dirección con su voluntad.
“Los de hermoso andar” es una invitación a examinar cómo nos conducimos: ¿con temor, con arrogancia, o con la dignidad de quienes caminan con Dios?
Preguntas para reflexión:
- ¿Cómo describes tu caminar diario? ¿Seguro, distraído, o temeroso?
- ¿Qué revela tu actitud externa sobre tu relación con Dios?
- ¿Cómo puede la oración moldear tu forma de andar por la vida?