INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, vecinos, amigos, conocidos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Nunca abandonaste a los que te buscaron” Y estamos utilizando en el Antiguo Testamento el libro de Salmos 9:10 y dice así: ”En ti confiaron los que conocen tu nombre. Por cuanto tú oh Jehová, no desamparastes a lo que te buscaron.”
ORACION
Oremos. Oh, Dios, conocerte a ti no es solo reconocer que existes. Sino también vivir en tu presencia. En adoración y obediencia. Y hoy reconocemos tus misericordias, y te damos gracias, gracias, Padre por la vida, por esa misericordia y por tu guía a través del Espíritu Santo Padre.
Solicitamos el perdón de nuestros pecados. Y que se haga tu voluntad Señor en nosotros. Bendice nuestra congregación. Estamos Señor, siempre permanente buscando Señor, tu nombre, buscando tu guía. Bendice Señor, quienes escuchen estas meditaciones. En el Santo nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Veamos el panorama. Estas son las palabras del salmista, que con mucho agradecimiento le dice a Dios que nunca los abandonó en el camino. Él conocía el nombre del Señor, pero más que conocer el nombre lo llegó a conocer a él personalmente. Y en esa relación con su creador, pudo experimentar el cuidado de Dios en su vida.
Amigo y hermano. ¿Cuántos conocen a Dios? Muchos podrán decir. Sí, he oído de El, pero la verdad no lo veo, no lo he experimentado. Quisiera decirle algo íntimo mío, pero me cuesta creer que un ser inmaterial puede escucharme y tener un diálogo conmigo. Los creyentes cuentan grandes maravillas de El, pero me es difícil describirlo.
En este día. La palabra de Dios te muestra que cerca de ti está ese Dios eterno y verdadero. A través de Jesucristo, su hijo, tú puedes tener acceso al Padre celestial. Solo debes abrir tu corazón y confiarles tus anhelos y necesidades.
Dios nunca ha abandonado a aquellos que lo buscan de veras. En este día. El Dios de David, de Daniel de José, está aquí para ti también. Recuerda si lo buscas, Él no te dará la espalda. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.