INTRODUCCION
Buen día, hermanos, amigos conocidos, y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “El sanador de heridas.” Basado en el Antiguo Testamento, en el libro de Salmos 147:3 y dice así: ”El Señor reanima a los descorazonados. Y sana sus heridas.”
ORACION
Oremos. Padre de la gloria en el nombre de Jesús te alabamos por tu bondad y poder, como creador del universo, y como nuestro Salvador, y como restaurador de nuestras heridas de toda naturaleza.
Nuestros duelos emocionales, materiales y espirituales están en tu presencia por nuestras voces y experiencias, clamores.
Y sentimos pensamos, expresamos nuestro agradecimiento en esta hora por tu perdón, por tu compañía, y paz asentado en nuestros corazones a través de tu Espíritu Santo. En el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Vamos a ver el panorama. En este pasaje el escritor les recuerda a todos, que, aunque alguna vez tuvieron algún tipo de herida, Dios los sanaría de ellas. Por ejemplo, cuando Elías estuvo pasando por una gran depresión, por causa de las palabras de la terrible es Jezabel, Dios lo reanimó. En 2 Reyes 19:11
Cuando Moisés fue enviado a enfrentar a faraón tuvo temor. Y Dios le dijo, ve y dile Yo Soy te envío. Tal vez ha sido herido por alguna palabra de otro, y eso te ha quitado el ánimo de seguir sirviendo al Señor. Anda levántate y camina, no te detengas, pues las heridas pueden ser sanadas.
Amigo y hermano. Cuando José fue vendido por sus hermanos. Él pudo pagarles con la misma moneda años más tarde cuando se encontró en una posición de eminencia, pero no lo hizo. Su herida fue sanada y los perdonó a todos.
No se puede vivir con resentimientos ni venganzas, es una gran prisión donde solo la llave del perdón puede liberar al hombre de esa condición. Jesús pudo destruir a todos los que le hicieron daño si hubiera querido, pero él cerró la herida de la humanidad dándoles esperanza en la cruz y clavando decretos contrarios que condenaban al pecador.
Así que, si alguien te ha desanimado para hacer la obra que el Señor está encomendado, vamos, tienes que cumplir tu misión aquí en la tierra y eso no depende de que los otros piensen de ti, sino de lo que Dios espera de ti, recuerda, sino de lo que Dios espera de ti.
Vamos levántate alaba a Dios y recuerda que este es el día que hizo Jehová, nos gozaremos y nos alegraremos en El, el Salmos 118:24. Que Dios bendiga tu día hasta luego.