introduccion
Muy buenos días, amados hermanos, amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Y hoy, estamos presentando una meditación titulada: “Betsey Moody.”
Estamos utilizando en el Antiguo Testamento el libro de los Salmos. En el libro de los Salmos 68:5, dice: ”Padre de huérfanos y defensor de viudas, es Dios en su Santa morada.” Y en el Salmos 146:9, dice: ”Jehová guarda a los extranjeros. Al huérfano y a la viuda, sostiene.”
Aquí estamos viendo la misericordia de Dios sobre la humanidad. A los pobres del mundo, a los extranjeros. Así que hermanos vamos a orar.
oracion
Padre, en el nombre de Jesús te damos gracias por tu misericordia, por tu amor. Vemos que en tu palabra Padre, tú sostienes a la humanidad. Tu palabra nos enseña, Señor, cómo te manifiestas cada día al pueblo hebreo, al pueblo judío, lo sostuviste, Señor, por 40 años en el desierto.
El pueblo que escogiste, Señor, para que el mesías naciese, para que haya salvación del mundo a través de Jesucristo. La promesa fue cumplida Padre, por eso te damos las gracias y tu misericordia sobre la humanidad es manifiesta.
En el nombre de Jesus, Señor, te damos gracias por esta palabra que nos ilustra, que nos enseña, que nos redarguye, Padre Santo, y que nos hace, Señor, estar pendiente de tu voluntad. Una voluntad, sobre nosotros en la vida del Espíritu Santo, Señor. Santificamos tu nombre en esta hora dándote las gracias en el nombre de Jesús Padre. Amén, amén y amén.
meditacion
Okay, Betsey Moody. Betsey Moody quedó viuda a los 36 años de edad. Esta madre de 7 hijos, dio a luz a gemelos, poco después de la muerte de su marido. Quien además la dejó llena de deudas.
Los acreedores la acosaban. Al punto de quitarle incluso la leña que tenía, para calentarse en el duro invierno del norte de los Estados Unidos. Betsey estaba sumergida en la tristeza. Y se sentía desamparada. ¿Cómo alimentaría y vestiría a todos sus hijos?
Sin embargo, se negó a darlos a otras familias como le aconsejaban algunos. Ella creía en Dios y le expuso su pena. Un día cuando abrió la Biblia, sus ojos se detuvieron en este versículo. ”Deja tus huérfanos, yo los criaré.” En Jeremías, 49:11.
Betsey comprendió, que era una respuesta personal de Dios. La promesa de que El la ayudaría. Y eso fue lo que hizo por medio de la gente que la rodeaba. Al final de su vida escribió lo siguiente. A menudo pienso en la bondad que Dios me manifestó a lo largo de mi vida.
Ante su tumba su hijo Dwight, gran predicador del siglo XIX, pronunció estas palabras. Durante el primer año, después de la muerte de mi padre, mi madre siempre se dormía llorando, pero cuando estaba con nosotros siempre se mostraba alegre.
Aquí pueden ver su Biblia tan gastada. De este libro sacó todo lo que nos enseñó. Si, mi madre fue de bendición para los que la rodeaban. Era porque bebió de esta fuente durante 50 años. La luz de la viuda Moody, brilló en esa casa situada en la colina. Madre, cuánto te amamos adiós, hasta muy pronto, madre.
Amigo y hermano. Este testimonio es ejemplo para todo tiempo. Depender de Dios en toda circunstancia, es motivo de fe, obediencia y bendición. Hagamos caso a la palabra de Dios, seamos obedientes y la bendición de Dios estará sobre nosotros. El Señor bendiga tu día, hasta luego.