Episodio 230: ¿Quién dijo que estamos viejos?

Palabra Viva
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Episodio 230: ¿Quién dijo que estamos viejos?
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introduccion

Buen día, amados hermanos, amigos conocidos, y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación, la hemos titulado: ¿Quién digo que estamos viejos? Y estamos utilizando, en el Nuevo Testamento, el libro de 2 Corintios 4:16 Y dice así: ”Por tanto, no desmayemos. Antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando. El interior, no obstante se renueva de día en día.”

oracion

Oremos. Padre celestial en el nombre de Jesús te damos gracias por la vida, Señor. Gracias Señor por tus bendiciones, gracias por esta palabra Padre. Nos ponemos delante de ti en este día, pidiéndote perdón por nuestras fallas.

En el nombre de Jesús Señor, solicitamos bendición especial sobre el grupo participante. Ahora Señor, de verdad, nosotros vemos, Señor que nuestras vidas pasan efímeramente Señor, como un instante al viento. Ayer éramos jóvenes y hoy estamos viendo Señor, que nuestros años caen encima.

Pero te damos gracias Padre, un agradecimiento profundo, por la vida, por las fuerzas, por nuestras energías y voluntad que pones en nuestros espíritus, por medio del Espíritu Santo. Así que nuestro clamor Padre, es de vida eterna, es nuestra esperanza, seguridad y alegría, y por ello te damos las gracias en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.

MEDITACION

Ok. Cuando escuchamos decir, ellos son de la tercera edad. O tal vez de la edad dorada, refiriéndose a la apariencia física de las personas y la etiqueta según lo que ven exteriormente. Eso posiblemente estaba pasando con algunos hermanos de la Iglesia de Corinto. Ya tenían algunos una edad avanzada, y eran llamados viejos por esa condición.

Pero Pablo hace una aclaración en cuanto a esto. Aquellos que crecen en el conocimiento de Dios, no envejecen, sino maduran y se desarrollan internamente. E inclusive, muchos físicamente, se mantienen más jóvenes de lo que representa su edad por la paz que mora en sus vidas.

Amigo y Hermano. Pablo les escribe en cuanto a este punto, a los hermanos con complejos de ancianos. Debemos saber que todo tiene su tiempo y su hora, si eres anciano por fuera, puedes ser fuerte dentro. No desmayes, ni digas estoy viejo para esto o aquello, cuando puedes hacer la obra del Señor.

Recuerda, no digas, estoy viejo para esto o aquello cuando puede hacer algo en la obra del Señor. Este hombre de Dios le termina diciendo, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven. Pues las cosas que se ven son temporales. Pero las que no se ven son eternas.

Hay jóvenes con el ánimo de viejos. Y viejos con el ánimo de jóvenes. Mi pregunta sería ¿A qué grupo perteneces?

Que esta meditación nos haga redargüir, pensar y confrontarnos con nuestra realidad. Y pensar que siempre, si estamos en el camino del Señor, el Espíritu Santo nos va a dar a nosotros la fuerza para seguir y cumplir los propósitos del Señor en su voluntad. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.