INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, vecinos, conocidos, y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Y hoy tenemos la orden o la cápsula bíblica titulada: “Una orden de Dios.” Y estamos utilizando el Antiguo Testamento, el libro de Números 23:20 y dice así: ”He aquí, he recibido orden de bendecir. Él dio bendición y no podré revocarla.”
ORACION
Oremos. Padre gracias Señor por tu palabra, gracias por la vida, gracias por tus bendiciones, perdona nuestras fallas, nuestros pecados, santificamos tu nombre en esta hora porque tú eres el Padre perdonador. Tú eres el Padre del amor, Señor del perdón, el Padre eterno, el Padre omnisciente.
Y nosotros delante de ti, Señor, nos postramos y oramos solicitando bendición sobre tu palabra, Señor y sobre nuestra vida, Señor, que estamos tratando de obedecerla. Y cuando tú das una orden, Señor de orar, buscamos tu rostro, das la orden de congregarnos Padre Santo, las órdenes de no estar en pecado.
Y eso Señor nos santifica. Por ello te damos gracias, y en este momento Señor, que esta palabra para el grupo sea edificante, sea un mensaje que laceres en nuestros corazones, Padre, nuestros pensamientos y nuestros hechos.
Que esto nos haga a nosotros, más obediente, santificarnos más Padre, desarrollar nuestra fe. Y estar pendiente Señor, en nuestros quehaceres para que tu voluntad sea cumplida en nosotros. En el Santo nombre de Jesús, amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. En este pasaje de las escrituras, leemos de parte de Balaam, un hombre ambicioso, que solo pensaba en sus beneficios, y que no le importaba su pueblo. Fue comprado por Balac, un hombre que odiaba a Israel en el momento en que él se dispone a maldecir delante de este rey.
Pero Dios puso estas palabras de bendición delante de los príncipes de Moab. Balaam dijo, he recibido orden de bendecir y no podré revocarla. Dios la había ordenado a este hombre bendecir y aunque en su corazón no quería hacerlo. Él entendió que cuando Dios ordena, el hombre obedece.
Amigo y hermano. Debemos tener claro que las órdenes de Dios no se discuten. Por ejemplo, Dios le dijo a Elías que ungiera a Eliseo y a Jehú, en 1 Reyes 19:16. A Abraham le pidió dejar su tierra y su parentela en Génesis 12:1.
Bien. En este día el Señor nos está ordenando bendecir y no maldecir. Balaam entendió que debía hacer lo que Dios le mandó. ¿Mi pregunta es? ¿Cuántas veces has oído la voz del Señor diciéndote haz esto o aquello?
Recuerda, somos llamados para ser embajadores en el nombre de Jesús. Y esa llamada está en segunda de corintios 5:20. Que esta meditación haya sido de bendición a tu vida y que el Señor bendiga tu día hasta luego.