INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, amigos, conocidos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Oír y Obedecer” Dos verbos, saber escuchar y el obedecer naturalmente a hacer lo que se dicta, y está basado en Lucas 11:28 y dice así: ”Y él dijo. Dichosos más bien, contestó Jesús, los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.”
ORACION
Oremos. Padre en el nombre de Jesús, santificado sea tu nombre, damos gracias, Señor, por la vida misma que nos das cada día. Y la disfrutamos, Señor, porque no queremos realmente irnos. Tú nos estás ofreciendo esperanza de vida eterna.
Sin embargo, Padre, conociéndote, disfrutamos en la vida que tú nos das en tu voluntad, Padre, gracias Señor, y te pedimos el perdón de nuestros pecados. Límpianos, restáuranos Padre, Padre eterno, Padre justiciero, del amor, de la misericordia.
Ayúdanos, Padre, porque a nosotros queremos siempre, siempre, Señor, estar presto a tu palabra, pero más que nada, Señor, recibirlo en nuestros estados cognitivos, Señor, pensando y haciendo. Por eso te damos las gracias que nos ayuda al desarrollo de nuestra voluntad.
En el Santo nombre de Jesús bendice, Padre, todo el grupo participante. Santificado seas Padre en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Muchas veces las personas oyen la palabra, pero no la obedecen, pero Jesús va más allá de esta situación. Él dice que cuando oímos y obedecemos se produce un efecto de felicidad en nuestra vida. La obediencia trae buenas consecuencias en la vida del hombre, siempre y cuando esté ligada a la voluntad del Señor.
Como Padre puedo entender esto cuando envío a mis hijos a hacer algo y lo hacen, hay un gozo al ver su obediencia. Pero como hijo, al escuchar una orden de mis Padres, puedo ver en sus rostros un gozo a causa de esta acción.
Cuando el Padre celestial vio a Jesús bautizarse en el Jordán y transfigurarse en el monte dijo. ”Este es mi hijo amado. En quién tengo complacencia.” En Mateo 3:17.
Amigo y hermano. Oír y obedecer son una buena combinación. Tenemos el ejemplo por excelencia, Jesús, el fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz. La referencia está en Filipenses 2:8. Ahora, en este día reflexiona sobre esto, la importancia de oír y obedecer.
El oír significa un acto de respeto. Cuando oímos a otros le mostramos respeto, pero cuando ejecutamos su orden es una muestra de amor hacia sus palabras. Dios nos dio su palabra, prestemos atención y seamos hijos obedientes a él. Que el Señor bendiga tu día. Hasta luego.