¿Obedecer a los hombres o a Dios?

✝️ Texto bíblico clave:

Marcos 3:31–35 — Jesús declara: “El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

Gálatas 1:10 — Pablo afirma: “Si todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo”.

¿Que estaba sucediendo?

En Marcos 3, Jesús estaba en plena misión. Su fama crecía, sus enseñanzas desafiaban la tradición, y multitudes se reunían para oírle. Sin embargo, sus propios familiares pensaban que estaba fuera de sí (Marcos 3:21) y trataron de llevárselo. Cuando llegaron, Jesús no se dejó distraer. No porque no los amara, sino porque sabía que hacer la voluntad de su Padre debía estar por encima de cualquier presión emocional o cultural.

En el caso de Gálatas 1, Pablo está escribiendo a una iglesia en crisis. Falsos maestros estaban distorsionando el evangelio de Cristo, y Pablo, apasionado por la verdad, corrige con firmeza. Él sabía que ceder ante las demandas humanas significaba traicionar el mensaje divino. Su vida era prueba viva de obediencia valiente: dejó atrás prestigio, poder y aceptación para seguir a Cristo, aún en medio de persecuciones.

Ambos momentos reflejan un patrón: obedecer a Dios a menudo trae oposición incluso de los más cercanos. Pero la fidelidad a Dios nunca será en vano.

¿Cómo nos puede afectar hoy día?

Un esposo creyente, se enfrenta a una decisión difícil. Su esposa no creyente, le pide que los domingos se queden en casa, que compartan tiempo juntos. Aunque el quiere honrar su matrimonio, también sabe que perderse el culto y la comunión cada semana está enfriando su relación con Dios.

Su dilema es real: ¿cómo amar a su esposa y ser fiel a Dios? La respuesta no está en elegir entre uno u otro, sino en amar con verdad. El podría explicarle a su esposa con paciencia que su comunión con Dios fortalece su capacidad de amar y servirla mejor. Podría invitarla con delicadeza a conocer su fe, sin presionar. Al poner a Dios primero, no solo honra a su Señor: también modela un amor sacrificial que puede sembrar semillas en el corazón de ella.

¿Preguntas para reflexionar?

  • ¿Qué decisiones estás postergando por temor a decepcionar a otros?
  • ¿Estás sacrificando tu vida espiritual por mantener una falsa armonía?
  • ¿Cómo puedes mostrar el amor de Cristo sin comprometer tu obediencia?

Oración

Padre amado, ayúdame a vivir con la valentía de Jesús y la convicción de Pablo. Que mi amor no se convierta en complacencia y que mi fe sea luz para quienes me rodean. Dame sabiduría para poner tu voluntad en primer lugar, confiando en que Tú traerás fruto en su tiempo. En el nombre de Jesús… Amén.