Introducción
Muy buenos días, amados hermanos, familiares, amigos conocidos y quienes me escuchen. Hoy estaremos presentando el tema titulado Malas noticias. Malas noticias. Y estamos utilizando dos versículos del Antiguo Testamento. En Salmos 23:1-3 y Eclesiastés 8:12.
En el Salmo 23 del 1 al 3, dice así: El señor es mi Pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar. Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará, mi alma me guiará por sendas de Justicia, por amor de su nombre.
Y Eclesiastés 8:12 dice: Yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen.
Oración
Padre la gloria en el nombre de Jesús, damos gracias, Señor, por la vida. Solicitamos el perdón de nuestros pecados, Padre Santo, nuestras fallas delante de ti, tu perfección, Señor, tu eternidad, tu amor, todo lo que tú eres con nosotros, nosotros lo recibimos, lo entendemos padre Santo y reconocemos Señor, que tú eres nuestro padre, tú eres nuestro pastor.
A ti clamamos pidiéndote el perdón y también clamamos clamándote, dándote gracias. Por tu reposo, padre, por esa orientación segura en tu palabra. Por las fuerzas renovadas, Señor, por el valor, la protección, el alimento y bendiciones sin fin. Te damos las gracias padre en este día y siempre en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
Meditación
Ok. Malas noticias. ¿Por qué hablamos de malas noticias? Porque nos llegan cotidianamente y casi instantáneamente de todo el planeta. Un sismo aquí, un conflicto armado allá. Toma de rehenes y asesinatos por doquier. Deploramos y tememos la violencia. Tal vez pensemos, que en eso sólo están implicados los demás. Sin embargo, ningún país ni región está libre de esos dramas sobre los cuales los medios de comunicación no dejan de informarnos.
Bien… Pero el creyente tampoco está exento de las pruebas ni los sufrimientos. Sin embargo, la Biblia le aporta certezas. Que le dan la paz en medio del dolor. Para un corazón cargado y angustiado, la verdadera esperanza, la verdadera paz, no pueden venir del hombre ni una sociedad desorientada, sino únicamente de Dios. Lo primero que Dios da a los que reconocen su estado de perdición ante él, y que mediante la fe aceptan su perdón, aceptan es a Jesucristo, es una conciencia tranquila.
Repito, lo primero que Dios da a los que reconocen su estado de perdición ante él. Y que mediante la fe y la aceptación de Cristo, aceptan su perdón. ¿Qué le da a Dios? Es una conciencia tranquila. Nuestro mundo corrupto por la violencia no puede dar ninguna tranquilidad. En cambio, todo es luz para el que acepta Cristo como Salvador, y señor de su vida.
El creyente, amigo y hermano, amigo y hermano. El creyente conoce a Dios como a su padre celestial. Que dirige todo para el bien de sus hijos. Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien. Esto es a lo que conforme su propósito, son llamados. Y la referencia está en Romanos 8:28. Sí, todo e incluso las situaciones más difíciles, no tendrá temor de malas noticias. Porque su corazón está firme, confiado en él, Señor. Que el señor bendiga tu día hasta luego.