Introducción
Muy Buenos días. Amados hermanos. Vecinos conocidos y quienes la escuchen. Hoy traemos el tema titulado luz de vida, luz de vida. Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento dos versículos. Juan 1, capítulo uno, versículos 1, 4 y 5. Que dice así: El verbo era Dios. En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece. Y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Y en Mateo 5:16 dice: Así alumbre vuestra luz delante de los hombres delante de los hombres. ¿Para que vean vuestras buenas obras? Y glorifiquen a vuestro padre. Que está en los cielos.
Oración
Padre de la gloria. Damos gracias. Bienaventurado, seas padre. Y en esta hora. Llamamos a ti, padre. Solicitando de. Que nos perdones. En los limpie que nos restaures. Y te damos gracias por tu palabra. Que no revela, señor, en esta palabra leída. La eternidad de Jesús. De esa existencia antes de la creación. Y, la vida eterna que nos ofreces.
Padre a través de Jesús. Y, que nos hace siendo conocido como cristiano. Porque somos sal y luz. Para ejemplo de El mundo de los otros hombres. Por ello te damos las gracias, padre, ayúdanos fortalécenos. En el desarrollo de nuestra fe, señor, y en nuestra vida finita. En el nombre de Jesús, que es sobre todo nombre. Amén y amén.
Meditación
OK. Aquí el 21 de junio. En el hemisferio norte es el día en que la luz brilla con mayor intensidad. Y, que tiene la máxima duración. En el hemisferio norte. En el hemisferio sur estamos hablando ahora en el otro hemisferio. Esa luz brilla con mayor intensidad el 21 de diciembre.
Sabía que existe una luz más grande todavía. Esta luz es una persona, Jesucristo. Aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre. Venida a este mundo, Juan 1:9. Se trata de una luz moral, espiritual. Que resplandece en la persona de Cristo revelado en el mensaje del Evangelio. La buena nueva.
¿Brilla en nuestro corazón? ¿Resplandece en nuestra vida? o más bien ¿huimos de ella porque pone al descubierto nuestros pecados? lo que somos. ¿Cómo puede brillar? No mediante una aureola. Sino a través de nuestro comportamiento. En él, o sea, en Jesús. Estaba la vida y la vida era la luz de hombres, Juan 1:4.
Viendo vivir a Jesús escuchando sus palabras. Los que estaban a su alrededor. Eran iluminados, percibían cuál era la apreciación de Dios, sobre todo lo que el hombre esconde. Eran puestos en contacto con la luz y el amor de Dios.
Amigo y hermano. Ahora, los que creen en Jesucristo mediante la fe, pueden reflejar algo de la luz y del amor de Jesús al perdonar a los que les hacen daño. Al amar a sus enemigos. Al orar por ellos. Al hacer bien a todos y al abstenerse de toda forma de mal.