Las Condecoraciones

Palabra Viva
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Episodio 136: Las Condecoraciones
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INTRODUCCION

Buen día hermanos, amigos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Las condecoraciones.” Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento dos libros.

En 1 Corintios 3:8 dice así: Cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Y en Mateo 25:21 dice: y su señor le dijo bien, buen siervo y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.

ORACION

Oremos.  Padre en el nombre de Jesús oramos dándote gracias señor por tu beneficio, por la vida, por tu palabra. Señor santificado seas, padre de la gloria, padre eterno del amor y del perdón. Limpia de nuestros pecados, padre Santo santifícanos en esta hora.

Y en el nombre de Jesús señor, permite padre que esta palabra sea de bienaventuranza a nuestra conciencia y a nuestros quehaceres señor, para efecto de hacer tu voluntad en el Santo nombre de Jesús, amén, amén y amén.

MEDITACION

OK. Las condecoraciones. Cada año los jefes de estado y sus ministros conceden cierto número de condecoraciones a algunas personas que lo merecen en todas las disciplinas o profesiones. El día de la ceremonia, los galardonados se presentan entre los altos funcionarios quienes ponen una medalla en su pecho y los felicitan calurosamente.  La prensa informa y publica fotos sobre el suceso.

Los cristianos, nosotros, tenemos el privilegio de servir a un señor y mucho más que las autoridades de este mundo. El señor está atento a la fidelidad de los suyos. Él ve y sabe todo, no olvida nada de lo que hacemos por él. Jesús el justo juez, sabrá recompensarnos un día en Hebreos 11:6.

En todo lo concerniente al juicio humano, que puede haber injusticias, recompensas dadas injustamente o recompensas que no fueron atribuidas a personas que lo merecían. En oposición a las distinciones humanas, la recompensa que el señor prepara para cada uno de los suyos, no será el resultado de ningún error. Sino que retribuirá exactamente todo lo que haya sido hecho para él.

Amigo y hermano. No obstante, aunque la Biblia menciona la recompensa para animar al creyente, este no trabaja con miras a ella, sino por amor y agradecimiento a su señor. ¿Qué podríamos desear más que la aprobación del señor? Dice 2 Timoteo 2:15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de qué avergonzarse. Que el señor bendiga tu día hasta luego.