INTRODUCCION
Buen día, hermanos amigos, quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “La seguridad de protección.” Basado en el Antiguo Testamento en el libro de Salmos 23:3 Y dice así: Confortará mi alma. Me guiará por sendas de Justicia, por amor de su nombre. Una expresión de seguridad.
ORACION
Oremos. Padre en el nombre de Jesús, te damos, gracias por la vida, por tu palabra, por tus bendiciones. Y nosotros, señor, en esta hora te pedimos el perdón de nuestros pecados, límpianos y restáuranos.
Invocamos tu nombre reconociendo, señor, que tú eres el Dios eterno, el Dios, la misericordia del amor, del perdón. Señor, ese Dios lleno de amor; que mandó a su hijo unigénito para que muriese por la humanidad para el perdón de pecado, señor.
Así que en este día. Te solicitamos bendición padre sobre todos los participantes. El grupo participante que está señor militando en la seguridad, señor de que tu palabra es la palabra para protección nuestra, para fortalecimiento de nuestro espíritu cada día en el nombre de Jesús, señor, gracias, gracias. Amén
MEDITACION
OK. David vivía con la convicción de que Dios lo confortaría en tiempo de aflicción. Y que al hacerlo era como afirmar lo que él mismo había dicho a través de su palabra. Muchas veces, el alma de este hombre estuvo pasando por grandes valles de sombra de muerte, donde su única esperanza era el señor y en su inmensa entrega a su devoción pudo ser llevado por esa senda de Justicia por amor de su nombre.
Amigo y hermano. No hay un hombre con tan firme fe como David, ya que él nos presenta su humanidad con tanta claridad. Fue un hombre conforme al corazón de Dios, no porque no falló, sino porque cuando falló siempre buscó la respuesta en el todopoderoso Dios.
Su alma tenía la seguridad que siempre el señor lo podía confortar. En este día tú también puedes tener esa protección del señor si así lo deseas. Solo clama a él y búscalo de todo corazón, y verás su actuar en tu vida. Espero tengas una semana victoriosa en Cristo Jesús, hasta luego.
