La pregunta prohibida

Palabra Viva
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Episodio 167: La pregunta prohibida
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INTRODUCCION

Buen día hermanos, amigos, y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “La pregunta prohibida” Y para ello estamos utilizando dos libros, uno en el Antiguo Testamento en Eclesiastés 6:7 y otro en el Nuevo Testamento en Juan 6:35, que a continuación dicen así:

”todo el trabajo del hombre es para su boca y con todo eso, su deseo no se sacia.” Eclesiastés 6:7, pero Jesús dice en Juan 6:35, ”Jesús les dijo, Yo soy el pan de vida, el que a mí viene nunca tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás.”

Así que estamos viendo que Jesús es el pan de vida, es lo que necesitamos para saciar lo que el hombre quiere materialmente. Estaremos tratando de que veamos en el mensaje, en estos versículos, cómo se soluciona la necesidad del hombre materializado

MEDITACION

Un empresario había hecho una fiesta para celebrar su éxito. Los invitados se reunieron alrededor de los bufés para felicitar a su anfitrión. Un invitado le dijo, usted tiene mucha suerte, los negocios marchan bien, tiene una esposa y unos hijos estupendos.

El empresario le respondió, tiene razón, las cosas van muy bien, pero de repente con un tono más serio, prosiguió diciendo mientras señalaba su pecho, pero no me pregunte cómo me va aquí adentro. Esa era la pregunta que se debía hacer, qué lúcida y terrible confesión traiciona el desconcierto de este hombre.  El éxito social y familiar se empaña ante el efecto de esta angustia interior de este malestar indefinible que carcome a mucho de nuestros contemporáneos.

En efecto, ni los éxitos profesionales, ni las distracciones y los placeres de la vida, de la vida social pueden durar o curar ese malestar interior.

Amigo y hermano, sólo hay una persona que puede hacerlo y dar la paz y la verdadera felicidad, Dios. El ve la miseria escondida en esos corazones bajo apariencias engañosas. Él conoce su anhelo de colmar ese vacío, la sed de paz, de liberación. Solo él puede dar una respuesta a las necesidades del hombre. Basta con dirigirme a él reconociéndome incapaz de lograr mi felicidad por mí mismo.

¿Entonces daré el paso para aceptar en mi vida a Cristo? Él me dice, el que a mí viene nunca tendrá hambre y el que en mí cree no tendrá sed jamás, Juan 6:36.

Decídete hoy, mañana puede ser tarde y le recordamos lo ilusorio de las riquezas, el poder, el sexo y otros placeres son del mundo. Pasajeros efímeros por eso te invitamos, decídete hoy, mañana puede ser tarde que el Señor bendiga tu día hasta luego.