Introducción
Muy Buenos días, amados hermanos. Hoy estamos presentando el tema titulado: La felicidad de creer sin haber visto, y vamos a utilizar el versículo de Juan 20:29, que a continuación dice así: Jesús le dijo. ¿Porque me has visto, Tomás Creíste? Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Oración
Padre la gloria en el nombre de Jesús, venimos delante de tu presencia, Señor, a darte gracias por las maravillas, Señor, por la vida misma, por tu creación, Señor, esa creación muy significativa, Señor, para aumentar nuestra fe. Así, Señor, que nosotros. Estamos leyendo la palabra de Dios. Y habla acerca de la fe, prácticamente habla de lo que no vieron y creyeron en la muerte, resurrección y para salvación de la humanidad de Jesucristo.
Gracias, Padre, porque percibimos históricamente Padre. En la Biblia marcada lo que las iglesias en su totalidad creyeron. Igual que a nosotros, ahora bendecido, Señor. Aunque no lo hayamos visto personalmente. Pero nuestra esperanza por fe es que un día lo veremos, Señor. Gracias, Padre, por esa misericordia tuya, nuestras vidas y la esperanza de vida eterna. En el nombre de Jesús te damos las gracias, Señor, Amén, amén y amén.
Meditación
La noche del domingo de su resurrección. Jesús se presentó ante sus discípulos. Pero Tomás no estaba con ellos. Más tarde, cuando los otros discípulos le dijeron: Al señor, hemos visto, Tomás se mostró frío, Escéptico y exigió pruebas. Quería ver para creer. El siguiente domingo, Tomás estaba entre los discípulos reunidos. De nuevo el Señor volvió y les dijo: Paz a vosotros, luego se dirigió a Tomás y le mostró sus heridas.
Este vio las marcas de los clavos, prueba de los sufrimientos que Jesús había padecido. Debió reconocer que Jesús conocía sus pensamientos íntimos, como también sus dudas expresadas abiertamente. Con dulzura, Jesús Le reprobó su incredulidad. Convencido, Tomás exclamó: Señor, Dios mío, Señor mío y Dios mío. Entonces Jesús le dijo, porque me has visto Tomás Creíste, Bienaventurados lo que no vieron y creyeron. El señor iba a subir al cielo y los suyos ya no podrían verlo para creer en Él. Tenían que creer, apoyándose en el testimonio de la Biblia. Y de los que le habían precedido en la fe. Amarían al señor sin haberlo visto y serían Bienaventurados. En 1 Pedro 1:8
Amigo y hermano. Tomás, quien amaba a su Señor, había querido acompañarle. Para morir con él, Juan 11:16. Aquí dudó, pero también buscó la verdad. Pues el domingo siguiente se unió a los demás discípulos. Como Tomás. No faltemos allí donde el Señor ha prometido su presencia. Donde el Señor habla al corazón y alimenta la fe, donde nos hace experimentar la felicidad de creer. No dejemos de congregarnos como algunos tienen por costumbre. Necesitamos la fortaleza. Para aumentar nuestra fe y estar más explícito hacia la obediencia del quehacer por el Señor Jesucristo. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.