Introducción
Buen día hermanos, amigos bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy la meditación se ha titulado la belleza de la gracia. La belleza de la gracia. Estamos utilizando en el Nuevo Testamento en el libro de Romanos 1:20. Lo siguiente que dice así. Porque las cosas invisibles de él. Su eterno poder y deidad. Se hacen claramente visibles desde la creación del mundo. Siendo entendidas por medio de las cosas hechas.
Oración
Padre la gloria en el nombre de Jesús. Damos gracias, señor, por las bendiciones y por la vida. Te adoramos, señor, te bendecimos. Y siempre vamos a estar señor santificando tu nombre porque tú eres el padre eterno. El padre, Santo, Santo Santo, Ese padre de la misericordia, de ese amor, esa justicia. Así que a nuestra adoración padre es reconocerte a través de la oración.
Nos encomendamos hoy, dándote gracias, gracias por todas las bendiciones. Y poder caminar, pensar, percibir, oler, ver, saborear, respirar y tener la visión de tu palabra inspiradora. El haberte conocido y lograr percibir toda la grandeza y belleza de la creación tuya y tu mensaje redentor de la cruz, la salvación de nuestras vidas, esperanza de vida eterna a través de Jesucristo Juan 3:16. Así, señor, que en este momento te damos las gracias en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.
Meditación
OK. La belleza de la gracia. Un diálogo entre 2 amigos uno creyente presentando a Dios y otro dijo que era ateo. Sin embargo, repentinamente en medio de la conversación, dejó de argumentar, cambió de tono y reconoció, es cierto, cuando estoy en la montaña y veo la grandeza de los paisajes a veces me pregunto si no hay un Dios. Pero tristemente este hombre no quería conocer al autor de toda esa belleza que admiraba.
La Biblia nos dice que Dios todo lo hizo hermoso en su tiempo en Eclesiastés 3:11. Si bien es cierto que a menudo la belleza ha sido deformada, idolatrada, ella sigue siendo un llamado para volvernos a Dios y expresarle nuestro agradecimiento, nuestra adoración. Pero existe otra belleza aún más sublime qué la de la naturaleza.
Se trata de la belleza moral, la belleza de la abnegación, de la bondad, de la rectitud. Pero por encima de todo está la belleza del amor, de la gracia de Dios. La palabra dice de Cristo, eres el más hermoso de los hijos de los hombres, la gracia se derramó en tus labios Salmos 45:2. Para el creyente, esta belleza brilló de forma excepcional en la cruz cuando Dios dio a su hijo unigénito para salvarnos a usted y a mí.
Amigo y hermano. Dios desea ver que sus hijos reflejen algo de la belleza de su gracia. Él nos da la fuerza para perdonar y orar. Por los que nos hacen daño e incluso para amarlos. Si estamos llenos de la gracia de Dios, nuestras acciones desde la más sobresalientes hasta la más discretas serán un testimonio elocuente para la gloria del señor. El señor, bendiga tu día hasta luego.