INTRODUCCION
Buen día, hermanos, amigos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Dios es Santo” y estamos utilizando en el Antiguo Testamento, el libro de Salmos 56:13 y en Salmos 130:3-4
Y dicen así: Señor, si mirares a los pecados. ¿Quién, oh señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón para que seas reverenciado. Y el otro salmo dice: Has librado mi alma de la muerte y mis pies de caída para que ande delante de Dios en la luz de los que viven.
ORACION
Oremos. Padre celestial en el nombre de Jesús, Santificado sea tu nombre. Venimos en tu búsqueda padre, en la búsqueda de la luz, en la búsqueda, señor, de esta palabra que tú nos das cada día, esta palabra que nos ayuda, que nos redarguye, que nos que nos inspira padre Santo. Y que nos bendice cada día.
Gracias por tu Espíritu Santo, Padre, que nos ayuda cada día y en el nombre de Jesús, aquí tú eres Santo, Santo, eres padre. Pero sabemos la bendición grande que tú nos has dado, que es ser librado, señor del pecado y de la muerte eterna, gracias por tu hijo, Jesucristo, que murió en la cruz, señor, y RESUCITÓ.
Por eso te damos las gracias, solicitándote también señor, el perdón de nuestros pecados y solicitando bendición sobre el grupo que participa en el Santo nombre de Jesús, amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Hoy la palabra pecado es menospreciada. Pero a los ojos de Dios, quién no puede soportar el mal. Dios no soporta el mal en Habacuc 1:13. Ella conserva todo su sentido. Estos son algunos de sus efectos repulsivos, adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas, en Gálatas 5:19-21.
Pero el pecado al principio es más insidioso. Cada cual se apartó por su camino, Isaías 53:6. Su fuente se halla en nuestra voluntad de independencia frente a Dios. La Biblia da la solución, la sangre de Jesucristo, su hijo, nos limpia de todo pecado en 1 Juan 1:7.
Dios borra los pecados de todos los que se reconocen pecadores y creen en el valor de la sangre derramada en la cruz. A estos Dios le da el derecho de ser hijos de Dios en Juan 1:12.
Luego el cristiano tiene que velar para no hacer el mal. Dios, me dice, huye también de las pasiones, en 2 Timoteo 2:22. Para que éstas no me conduzcan a pecar. A veces oímos decir, es más fuerte que yo, no puedo resistir. Si estoy solo, claro que es imposible. Pero Dios envió a su espíritu, el cual habita en el creyente, y le da fuerza para resistir al pecado.
Sin embargo, para que su poder divino pueda actuar en mí, debo saber que Cristo murió no solo para borrar mis pecados, sino también para cortar el vínculo entre el pecado y yo. Estoy muerto al pecado, dice Romanos 6:11, ya no tengo por qué obedecerle. ¿Lo acepto?
Que este día haya sido bendecido por esta palabra, para que meditemos, para que nos sea un momento de esperanza y saber que sí podemos resistir al pecado en el nombre de Jesús a través del Espíritu Santo. Que el señor bendiga tu día hasta luego.