Decir sí o no a Dios

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Episodio 68: Decir sí o no a Dios
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Introducción

Buen día, hermanos y amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy la meditación la hemos titulado “Decir sí no a Dios. Decir sí o no a Dios”. Y estamos utilizando. Un versículo del Nuevo Testamento en el libro de los Hechos 13:38-39 que dicen así: Sabed, pues esto. Que por medio de él, o sea de Jesucristo, se os de anuncia perdón de pecados, se os anuncia perdón de pecados. Y que de todo aquello, de que por la Ley de Moisés no pudisteis ser justificados. En él, en Jesucristo es justificado todo aquel que cree y está hablando de la fe.

Oración

Oremos hermanos. Padre en el nombre de Jesús, santificamos tu nombre, padre eterno, padre del amor de la misericordia del perdón. Te agradecemos por esta palabra, señor, que nos ilustra. Que nos ayuda, señor, a buscar el camino de la cruz. Que nos ilustra, señor, precisamente en qué consiste en la conducta del hombre padre.

En toda la historia que es reconocer, señor, nuestros pecados. Y entonces el Evangelio que nos ilustra, que el perdón de pecados es el mensaje central. Junto a la humildad del hombre. Reconociendo a Cristo. Y agradecimiento por creer, por sentir, por ser receptivos del amor de Dios. Por ello, padre. Nuestro clamor. Perseverantes en dar y será gracias, gracias y caminar el camino de la cruz de acuerdo a tu voluntad. Padre en el nombre de Jesús. Que es sobre todo nombre, amén, amén y amén.

Meditación

OK. Decir sí o no a Dios. Cuando Jesús murió en la cruz, Dios mostró su Infinita santidad. La cual no puede tolerar el pecado sin castigarlo. Abandonó a su hijo, quien cargó con nuestros pecados para expiarlos. En esto discernimos la extrema gravedad de nuestro mal y el inmenso precio del perdón divino. Jesús dio su vida por nosotros. Por ello, Dios puede darnos la vida eterna. Es un regalo que persiguen, que reciben muy agradecidos todos los que creen en su palabra, los que aceptan este sacrificio para acreditar sus propios pecados.

Pero el ser humano tiene la capacidad de responder sí o de responder no a la invitación de Dios. Ahora, el que rechaza voluntariamente la salvación que Dios le ofrece está perdido y sin esperanza. Y la palabra de Dios en Hechos 4:12 dice: En ningún otro hay salvación, sólo en Jesús. Quizá pensemos que nadie se atrevería a rechazar esta salvación, pues es gratuita. Sin embargo, hay muchos a quienes esto no les interesa. Unos esquivan este tema con una ligereza desconcertante. Otros lo hacen con amabilidad. Pero sea como sea, es un rechazo.

Amigo y hermano. Sólo Jesús puede salvar a cada individuo de las consecuencias revocables de sus pecados. Solo Jesús, mediante su sacrificio, reconcilia con Dios a todos los que creen en él. No reconocerse culpable, rechazar la salvación que Dios ofrece, es exponerse a la desgracia eterna y asumir solo la responsabilidad. Pero aún hoy él está tocando a tu corazón, a tu puerta, diciéndote que estoy aquí para entrar.

Así que esta es la quizás sea la última vez que tienes la oportunidad de responder a Dios. He aquí, yo estoy en la puerta y llamo si alguno abre su corazón, su puerta, entraré y cenaré con él. El se quedará contigo, si estás dispuesto, recíbelo y verás las bendiciones que tendrás para el resto de tu vida. Hasta luego que Dios siga bendiciendo tu día.