¿Dónde estás tu?

Palabra Viva
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Episodio 97: ¿Dónde estás tu?
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INTRODUCCION

Buen día hermanos y amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la he titulado: ¿Dónde estás tú? Una interrogante y estamos utilizando el versículo del Antiguo Testamento en el libro de Isaias 44:22 dice así: Yo deshice como una nube tus rebeliones, aquí está hablando Dios, yo deshice como una nube tus rebeliones y como niebla tus pecados vuélvete a mí porque yo te redimí

ORACION

Padre de la gloria en el nombre de Jesús, gracias por la vida, por tus bendiciones y por tu palabra. Una palabra que nos ilustra, que nos da geografía, historia, todos los quehaceres del hombre en la historia padre santo. En la historia tuya propia padre del yo soy. El Dios del universo, el Dios el creador del universo, el Dios eterno, el Dios del amor del perdón.

Señor tu eres grande y cómo esta palabra aquí en Isaías “yo deshice como una nube tus rebeliones” el pueblo de Israel señor, rebelde se olvida, señor del compromiso de los pactos que tiene contigo. Así señor somos todos en la historia, nosotros, hombres y mujeres, señor viendo las bendiciones tuyas nos olvidamos.

Así, señor, que tú mandaste la redención a través de Jesucristo y por eso, señor, tú eres un Dios grandioso que todo el universo está invitado a gritar de alegría y a cantar alabanza, señor, por esa majestuosidad tuya, por esa bondad. Señor la salvación a través de Jesucristo, te damos las gracias, padre, gracias en el nombre de Jesús.

Que esta meditación sea de gran bendición en medio de nuestro pueblo, en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.

MEDITACION

OK. ¿Dónde estás tú? Después de la desobediencia de Adán, Dios hubiese podido rechazarlo, pero no lo hizo, sino que lo llamó y le dijo, ¿Dónde estás tú? En Génesis 3:9. Esta frase es como una preparación al encuentro, al diálogo.

Notemos que lo primero que Dios dijo a Adán no fue. ¿Qué es lo que has hecho? sino ¿Dónde estás tú? Para Dios saber en qué situación nos hallamos, es más importante saber que hemos hecho. Dios sabía muy bien dónde estaba Adán, pero el hecho de llamarlo deja claro que Adán huía de su creador.

Había perdido la relación de confianza con Dios, y la desobediencia produjo un abismo entre Dios y el hombre. Este ya no podía vivir más en la presencia de su creador. Esa pregunta que Dios hizo Adán no era para condenarlo, sino más bien para llamar su atención, para conducirlo al arrepentimiento para que se volviese a él.

Y esto es lo importante. Dios lo llamó para conducirlo al arrepentimiento para que se volviese a él.

Amigo y hermano. Dios también hace esta pregunta a cada uno de nosotros. ¿Dónde estás tú? ¿Qué hay en tu corazón? ¿A dónde fuiste a parar siguiendo tu propio camino? ¿Te has alejado de mí? Entonces regresa. ¿Ya está regresando? Pues no te detengas, vuelve pronto. ¿Ha escuchado usted el llamado del amor de Dios?

Independientemente del cual sea nuestra situación, marcada por la amargura, el sufrimiento y la culpabilidad. Sean cuál cuáles sean nuestros fracasos, podemos oír la voz de Dios qué nos invita personalmente. ¿Dónde estás tú? Regresa.

Dios nunca obliga. Él desea tener con cada uno de nosotros una relación estrecha, y en bondad nos invita a arrepentirnos. Vayamos a él con confianza y sinceridad, pues como nos ama nos está esperando. Hoy es el día ¡Hazlo! Que el señor bendiga tu día hasta luego.