Clamar al Señor

Palabra Viva
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Episodio 89: Clamar al Señor
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INTRODUCCION

Buen día hermanos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy estamos presentando el tema: “Clamar al señor” “Clamar al señor” Estamos presentando en Marcos 10:51-52 y dice así: Respondiendo a Jesús, le dijo. ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo, maestro que recobre la vista y Jesús le dijo vete tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista y seguía a Jesús en el camino.

ORACION

Oremos, hermanos. Señor, hoy clamamos por la extensión del Evangelio padre. Nuestro espíritu clama al señor. Y solicitamos tu guía para proseguir en el camino de la cruz que nos has trazado, señor en nuestra congregación. Bendice padre a nuestros esfuerzos, en el desarrollo de nuestra congregación en el crecimiento, señor.

Y por ello señor, clamamos para que todos los hermanos que estén escuchando en las diferentes geografías en que llega esta palabra, que oren, señor, por estos nombres, por la congregación de Vista Alegre, Padre Santo. Y los lugares que visitamos como misiones en Cerro Castillo y Ciudad de Esperanza. Que tu Espíritu Santo derrame, señor, las bendiciones esperamos en el crecimiento de estas obras.

Y que nuestros hermanos tanto en Alemania como en Canadá como en Venezuela, Estados Unidos y otros lugares señor, si tu palabra ha llegado allá, ayúdanos a nuestros hermanos pedimos porque estos dos nombres están en sus corazones y en sus oraciones. Hemos orado confiando en que somos una unidad en un mismo espíritu en el Santo nombre de Jesús, te damos las gracias, padre, amén, amén y amén.

MEDITACION

Ok. Clamar al señor. En su último viaje a Jerusalén Jesús se encontró con Bartimeo, un ciego que mendigaba a la vera del camino. Este oyó decir que Jesús Nazareno, un título despectivo Nazareno, pasaba por allí, y aunque era ciego, sabía mejor que los que le informaban quién era Jesús, pues clamó. Jesús, hijo de David ten misericordia de mí. Llamó al señor por su título Real, título que muy pocos le atribuían en aquel entonces.

Muchos trataron de hacerlo callar, pero Bartimeo clamó aún más. Su fe le daba valor. Arrojó su capa para poder levantarse rápidamente y responder al llamado del señor. Entonces Jesús le hizo una pregunta sorprendente. ¿Qué quieres que te haga? Él sabía muy bien cuál era la necesidad de expresar en los clamores de Bartimeo. Pero quería oírlo claramente de su boca.

Lo mismo sucede cuando oramos. No nos detengamos en generalidades si no expongámosle de forma clara todas nuestras necesidades, nuestro sufrimiento, pero no dictemos al señor la manera en que deba respondernos. Digámosle sencillamente lo que está en nuestro corazón.

Amigo y hermano. Al igual que Bartimeo, tu respuesta nos comprometerá a seguirle para hacer sus testigos. ¿Qué quieres que te haga? ¿Esta pregunta de Jesús nos anima? A no dejar de orar. Pero también nos interpela. Me dirijo al señor con precisión. ¿Cuál es mi mayor necesidad hoy? Amigo, hermano, nuestras peticiones deben ser precisas, humildes y confiada. No debemos pedir para para gastar en nuestros deleites en Santiago 4:3. El señor, bendiga tu día hasta luego.