INTRODUCCION
Buen día hermanos, amigos, bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy estamos presentando el tema titulado: “Dejar la seguridad para ser salvo” Dejar la seguridad para hacer salvo. Y estamos utilizando dos versículos del Nuevo Testamento.
En Hebreos 11:8 dice: Por la fe Abraham siendo llamado obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia. Y salió sin saber a dónde iba. Hebreos 11-8. Y en los Hechos 2:38-40 Pedro le dijo arrepentidos, y bautícese cada uno de vosotros. En el nombre de Jesucristo. Sed salvos de esta perversa generación.
ORACION
Oremos. Padre la gracia, padre celestial, santificado sea tu nombre. Padre eterno, tu misericordia siempre ha sido sobre nosotros. Tenemos que darte gracias gracias, gracias, por todos tus beneficios y por esta palabra. Que nos ayuda padre a estar firmes en la fe y esperanza. A que sigamos el camino de la Cruz. No dudando de que estamos en lo correcto.
Que nuestra seguridad está en Jesucristo y nuestra libertad padre se fortalece, venciendo el pecado y nuestro carácter santificándose con la ayuda de tu Espíritu Santo Padre. Queremos la fortaleza y por ello tenemos que luchar, y tener fe, y poner de nuestra parte Padre Santo. Y por ello te damos las gracias por la vida que nos das y la fortaleza que recibimos. Bendice, señor, el grupo participante en el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. Dejar la seguridad para hacer salvo. Vete de tu tierra y de tu parentela en Génesis 12:1. Así fue como Dios llamó a Abraham, cuando este vivía en un país poderoso y organizado. Pero en ese país no se conocía a Dios y la gente adoraba a los ídolos. Abraham escuchó bien esa orden a salir acompañada de una promesa. Haré de ti una nación grande, en Génesis 12:2
Sin tardar Abraham obedeció. Esa es la fe, es tomar a Dios la palabra. Abraham salió sin saber a dónde iba, Hebreos 11:8 nos lo revela. Se marchó aferrándose únicamente a las promesas de Dios. Para cada paso tenía que esperar en Dios, quién le había dicho que le mostraría el camino a seguir.
Recibir lo que Dios dio, es decir lo que reveló y actuar en consecuencia, así es como debe conducirse el creyente. Y esto es importante y lo voy a repetir. Actuar en consecuencia con lo que Dios no dice. Todos los días deberíamos poner todos nuestros planes futuros, nuestra visión, nuestras metas, nuestros objetivos de cada día y así es como debemos conducirnos todos los creyentes.
El llamado de Dios no quitó la libertad a Abraham. Todo lo contrario, lo condujo a una libertad mayor. Fue liberado de una civilización idólatra para seguir a Dios hacia un nuevo futuro.
Amigo y hermano. La fe recibe la palabra de Dios y nos da a conocer lo que es verdadero, justo, lo que agrada a Dios. Nos aleja del mal para revelarnos lo que viene de lo alto de Dios. Nos aparta de lo ilusorio, mentiroso para conducirnos hacia las realidades eternas a la presencia de Dios, la casa del padre. La fe deja la cárcel de la vanidad para aferrarse a las cosas invisibles, a las promesas de Dios, las cuales son más firmes que todo lo visible. Que el señor bendiga tu día hasta luego.