Del cielo a la tierra

Palabra Viva
Palabra Viva
Episodio 73: Del cielo a la tierra
Loading
/

INTRODUCCION

Buen día hermanos, amigos, bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Nuestra meditación de hoy la hemos titulado “Del Cielo a la Tierra”. Del cielo a la Tierra. Y estamos presentando este tema en dos porciones de la cápsula bíblica o de estas meditaciones. Y por ello entonces hoy es la primera parte del cielo a la tierra.

Y estamos utilizando en esta primera porción, dos versículos del Nuevo Testamento. En Efesios 2:17-18 y Juan 1:11. En Efesios dos, diecisiete y dieciocho se refiere a Jesucristo, dice, y vino y anunció, se refiere a Jesucristo y Jesucristo vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos Y a los que estaban cerca porque por medio de él, los unos y los otros tenemos entrada por un mismo espíritu al padre. Efesios 2 :17-18. Y se refiere a la unión del pueblo judío y nosotros los gentiles. Y en Juan 1:11 dice: A lo suyo vino y los suyos no le recibieron.

ORACION

Oremos hermanos. Santo, Santo, Santo, Eres padre. Padre, eterno padre, la misericordia del amor del perdón, santificamos tu nombre en esta hora. Y vemos, señor. Todas las bendiciones que has dado a nosotros, en especial nuestra vida, nuestras experiencias. Y la formación hacia el carácter de Cristo a través de las experiencias con la compañía de tu Espíritu Santo Padre.

Por eso, señor, te damos las gracias. Y vemos, señor, en esta palabra. Lo que realmente la promesa que existe es al pueblo judío a través de un mesías. Pero ese mesías tenía que venir para la humanidad. Es venida señor de Jesucristo, prometida y cumplida. Para esta humanidad, Juan 3:16 dice, porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.

Así que estamos viendo, señor, esa promesa y ese propósito y ese poder para la unión en un solo pueblo, a judíos y gentiles. Se está cumpliendo padre de acuerdo a tu voluntad. En esta historia, señor, aún en nuestra vida finita, verdad, en tu eternidad padre vemos que el tiempo se va cumpliendo. Por ello damos gracias, gracias, señor. En el nombre de Jesús, que es sobre todo nombre, amén, amén y amén.

MEDITACION

Ok. Dijimos que son dos porciones que vamos a utilizar la primera. La tierra y el cielo. ¡Qué lugares tan diferentes! En el primero viven los hombres. Y está caracterizado por sus luchas, sus contradicciones, sus esfuerzos por fraternizar. Seguido rápidamente por violentas oposiciones. En el segundo lugar, el cielo, Dios y su amado hijo adorados y servidos por una multitud de Ángeles, gozan de una felicidad continua en una esfera, en una dimensión donde reina el amor.

Este fue el lugar que un día dejó el hijo de Dios en completo acuerdo con la voluntad de su padre. Fue enviado por él a la tierra, en dónde tendría que sufrir tanto. Desde su nacimiento el mundo declaró que no tenía lugar para él en Lucas 2:7 y el Rey Herodes quiso matarlo. Durante toda su vida fue de un lugar a otro haciendo el bien. En Hechos 10:38. Sin embargo fue despreciado, odiado y finalmente crucificado.

Ahora hacemos la pregunta ¿Por qué el hijo de Dios escogió tal camino? ¿Le faltaba algo a su propia felicidad? No, pero quiso llevar a sus criaturas a la plenitud de su amor celestial. Quiso llevar a su presencia a hombres y mujeres culpables pero indultados, pecadores pero justificados, capaces de comprender y de compartir la mismísima esencia de su ser, es decir, el amor.

Amigo y hermano. Vale la pena contemplar esta abnegación voluntaria del hijo de Dios, sus sufrimientos y su muerte. Esto lo hizo a fin de llevar muchos hijos a la gloria. En Hebreos 2:10. Cuando pienso que el señor Jesús dejó el cielo para que yo pueda vivir allá en el cielo, un día me inclino ante él y le adoro. Que esta meditación sea agradable a nuestra conciencia, a un despertar. de lo que dice la palabra de Dios, el sacrificio que hizo Jesucristo por nosotros. Que el señor bendiga tu día hasta luego.