Introducción
Muy Buenos días, hermanos, bienvenidos a nuestra comunión con Dios, hoy nuestra meditación la estamos titulando: ¿Quién eres? ¿Qué haré? Dos interrogantes, basadas en el nuevo testamento, en dos libros, en Hechos 22:8 y 10 utilizando dos interrogantes: ¿Quién eres, Señor? y ¿Qué haré, Señor? y en Juan 6:40: Esta es la voluntad del que me ha enviado, que todo aquel que vea al hijo y cree en Él tenga vida eterna.
Oración
Bendecimos tu nombre en esta hora, Señor Bienavenaventuranzas hemos recibido tuya y te damos las gracias, gracias por la vida, Señor, santificado sea tu nombre y en el nombre del Señor te damos gracias, padre, por esta palabra, Señor, que nos enseña la deidad de que tú eres padre, hijo y espíritu santo, nos enseña tu amor y percibimos padre, a Jesús como nuestro salvador, la verdad y la vida; Sea hecha tu voluntad en nuestras vidas, en nuestro caminar, en el nombre de Jesús, Señor, Amén, amén y amén.
Meditación
¿Quién eres, Señor, ¿y qué haré? Cuando el Apóstol Pablo se convirtió, hizo estas dos preguntas al Señor, yo también puedo preguntarme ¿Quién es Jesús para mí? No puedo negar que él existió, pues muchos autores, tanto paganos como cristianos, dieron testimonio de su existencia hace más de 2000 años, era un hombre muy parecido a su contemporáneo, pero ¿Era más que eso?, ahí está la verdadera pregunta ¿Cuál es mi actitud frente a lo que afirma la Biblia? Él vino de Dios y después de su muerte, resucitó para vivir eternamente.
¿Han leído ustedes los Evangelios? En ellos hallamos sorprendentes afirmaciones de Jesús, afirmaciones audaces y humildes a la vez, la coherencia entre lo que dijo y lo que hizo es absoluta, sus milagros muestran su poder sobrenatural y revelan su misión para salvar a los hombres, su extraordinaria personalidad, su fuerza y su dulzura, en otras palabras, su perfección moral, todo me muestra que era único, su resurrección es contada en detalle, confirmada de manera totalmente convincente, gracias a una gran diversidad de testigos, migo y hermano, si reconozco que Jesús es realmente el hijo de Dios, entonces de mi corazón brota esta segunda pregunta.
¿Qué haré, Señor? Y enseguida Él me responde, invitándome a ir a Él tal como soy y a seguirle, el evangelio me dice que Jesús murió por mis pecados, para que yo pueda vivir feliz y libre para Él, Me invita a entregarme a Él, a dejarle la dirección de mi vida para que la llene y dé un sentido, Amigos que me escuchan, hoy es el día que Jesús te está llamando, abre tu corazón, entrégate confía en Él y Él hará, el Señor Bendiga tu día hasta luego.
