Introducción
Muy Buenos días, amados hermanos, estamos presentando el tema titulado: Dos visiones maravillosas, estamos utilizando dos versículos, uno en el nuevo testamento y otro en el viejo testamento. En primera Juan 4:9-10 dice: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su hijo unigénito al mundo, en propiciación por nuestros pecados, y en Levítico 17:11 dice: La sangre os he dado, para hacer expiación por vuestras almas.
Oración
Dios de la Misericordia, del amor, del perdón, de la justicia, Dios Eterno, oramos Señor, pidiéndote el perdón de nuestras fallas, queremos Señor, en el nombre de Jesús, solicitarte, Señor, que tú estés con nosotros como lo ha estado todo el tiempo, porque tú eres el Dios de amor, lo sabemos, lo conocemos, lo entendemos, nos gozamos dándote gracias, padre por tu perdón por tu paciencia y por tu justicia perfecta haciéndonos tus hijos, cosa inmerecida, solicitamos padre que derrames tu espíritu santo, tu espíritu de amor entre nosotros, de fe, gozo y paz, entre nosotros, tu iglesia en el nombre de Jesús, amén, amén y amén.
Meditación
Dos visiones maravillosas. Hablamos el libro de Isaías en el capítulo 6, el joven profeta fue llevado en una visión a una escena celestial, el Señor se le aparece en un trono alto, en ese majestuoso templo, los ángeles proclaman la Santidad de aquel que está sentado en el trono, muy asustado, Isaías exclama: ¡Ay de mí que soy muerto! del altar donde la víctima acababa de ser consumida, un serafín tomó un carbón encendido, tocó al profeta y le dijo: Es quitada tu culpa y limpio tu pecado, qué maravillosa noticia, su pecado que lo condenaban fue expiado en el altar.
¿Quién es esa víctima que expía el pecado? El capítulo 53 de Isaías nos da la respuesta, es Jesús mismo, el hijo de Dios, el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), en Apocalipsis 5 hallamos otra escena celestial, sobre un trono, se halla en un cordero victorioso, pero está como inmolado, pues fue Él quien expió el pecado, ángeles se postran y recuerdan el sacrificio llevado a cabo en el Gólgota y los creyentes cantan el nuevo cántico.
Amigo y hermano ¿Quiénes son esos creyentes? Lo que en la tierra reconocieron, al igual que Isaías: “Ay de mí que soy muerto” y a quienes Dios respondió: Reconoces que eres pecador y crees en el sacrificio expiatorio de Jesús, por lo tanto, tu pecado es perdonado. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna, Juan 3: 16, hoy Dios habla a tu corazón, a tu mente, alma y espíritu, reconócete pecador y recibe a Jesucristo y será salvo. En el nombre de Jesús te damos las gracias, Señor y te decimos amigo y hermano, hasta luego Dios bendiga tu día.