INTRODUCCION
Muy Buenos días, hermanos y amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy estoy presentando el tema titulado “En memoria de mí” Y estamos utilizando dos versículos del Nuevo Testamento. En segunda Timoteo 2-8 y Apocalipsis 2-4 y 5. Y dice así en 2 Timoteo 2:8, Acuérdate de Jesucristo, resucitado de los muertos. Y Apocalipsis 2:4-5. También habla de la memoria, pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor, recuerda por tanto y arrepiéntete.
ORACION
Padre la gloria en el nombre de Jesús te damos gracias. Por tus bendiciones, señor, porque tú eres el padre eterno, el Padre Santo, Santo, Santo, El padre de la misericordia, del amor, del perdón, te necesitamos, padre. Y te damos gracias, señor, por esta palabra que nos enseña, que nos redarguye, que nos hace caminar en ese camino de la cruz, señor, a luchar como atletas con fe, perseverancia ante situaciones, penalidades que nos hacen sufrir, a veces dudar.
Por ello, perdón, padre. Pero tu palabra es viva y eficaz. Nos hace volver. Y restituidos, damos gracias padre por tu perdón. Nuestra alma clama por ti, padre buscando tu rostro. Recibe nuestras gracias alabanzas señor en este mundo de existencia finita para nosotros, pero damos gracias en tu eternidad, padre, en el nombre de Jesús. Esto sobre todo nombre, padre, amén, amén y amén.
MEDITACION
OK. En memoria de mí. Parece ser que los creyentes, se pueden olvidar de Cristo. No necesitaríamos esta tierna exhortación, si no existiese la horrible posibilidad de que nuestras memorias pudiesen traicionarnos. Pero no se trata de una vana suposición. Está bien confirmado mediante nuestra experiencia, que no es una posibilidad sino un hecho lamentable. Parece casi imposible que quienes fueron rescatados por la sangre del cordero en la cruz y fueron amados con un amor eterno por el hijo, un amor eterno por el hijo de Dios, puedan olvidar a ese salvador.
No obstante, por sorprendente que sea, esto es muy frecuente. Es algo demasiado visible para que neguemos semejante crimen. Olvidar a aquel que nunca nos olvidó, olvidar a aquel que derramó su sangre por nuestros pecados, olvidar a aquel que nos amó incluso hasta la muerte. ¿Es esto posible? Si… No solo es posible sino que muestra que nuestra conciencia confiesa, qué tristemente ocurre con cada uno de nosotros. Aceptamos a Jesús como alguien que viene de paso. Alguien que alojamos solo por una noche. ¿No le parece que a veces usted también se olvida de Jesús? Otras cosas acaparan su corazón.
Amigo y hermano. Algunos asuntos terrenales. Acaparan su atención, le impiden fijar la mirada firmemente en la cruz. Es la agitación continua del mundo, la atracción constante de las cosas terrenales que alejan nuestra alma de Cristo. Haced esto en memoria de mí. Participando en la cena del señor, el creyente recuerda de una manera práctica la muerte su Salvador. Y esto es uno de los mandatos que el señor nos manda.
Y la cena del señor, haced esto en memoria de mí y estamos recordando su muerte. Así que hermano y amigo hoy es el día, de que seamos sinceros delante de Dios. Solicitando el perdón de nuestros pecados y solicitándole restauración. Y comencemos a caminar de acuerdo a su voluntad. Y que nuestra voluntad sea agradable para el señor. Y que nuestra confianza esté puesta en él. Para siempre. Y que este día sea de gran bendición en tus decisiones, el señor te bendiga hasta luego.
