Introducción
Muy Buenos días. Amados hermanos. Familiares, vecinos conocidos y quienes me escuchan. Estamos presentando el tema de hoy titulado Fanny Crosby, los ojos de la fe.
Oración
Padre, en el nombre de Jesús. Te damos las gracias por todas las bendiciones y por tu palabra, Señor. Esa palabra que en Romanos 5: 3-4 dice “también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia y la paciencia prueba y la prueba esperanza. Estamos agradecidos, padre por esta palabra. Agradecidos por tus bendiciones. Agradeciendo, Señor. Todo momento en nuestras vidas. Experiencias que nos ponen a prueba. Que acrecienta nuestra fe puesta en tí. Nuestra esperanza. En Jesús y la Cruz. El sello de salvación padre. Bendice, Señor, a todos los que estemos participando, que estas palabras, Señor, llegue a los corazones, a nuestro pensamiento, a nuestras decisiones, nuestros quehaceres diarios para seguir siendo objeto de tu fe, padre, para seguir haciendo el quehacer de acuerdo a tu Santa voluntad. En el Santo nombre de Jesús hemos orado padre, amén, amén y amén.
Meditación
Fanny Crosby, los ojos de la fe. Esta pequeña americana tendría sobrada razones para lamentarse y sentirse amargada. Esta pequeña nació en el año de 1820. Y quedó ciega cuando era bebé. Debido a un error médico. La historia de Fanny Crosby es que quedó ciega debido a un error médico. Su padre murió cuando ella tenía 1 año. Pero los cuidados de una madre de una abuela piadosas le abrieron un horizonte espiritual. En el que la fe era convicción y seguridad. Hebreos 11:1 La fe es convicción y seguridad. Cuando todavía era niña, aprendió de memoria los Evangelios. Tenía una visión espiritual muy clara, de las verdades bíblicas y también el don de transcribirlas en verso. En el transcurso de su larga vida, escribió la letra de más de 8000 himnos, todavía muy conocidos hoy. Su actitud de contentamiento se expresa ya en su primer poema. El cual escribió cuando tenía 8 años. Tengo tantas bendiciones que los demás no tienen. Así que no puedo llorar y suspirar porque soy ciega. Y tampoco deseo hacerlo. Con respecto al médico responsable de su ceguera, dijo lo siguiente. Jamás sentí el más mínimo resentimiento contra él, jamás sentí el más mínimo resentimiento contra él. Fui bendecida mucho más que el común de los mortales. ¿Cómo me podría quejar? Éste es el principio de un himno de ella adaptado al español. El cual ha consolado y fortalecido a muchos creyentes en medio de las pruebas. Y dice así: En Jesucristo se halla la paz; en horas negras de tempestad tienen las almas dulce solaz, grato consuelo, felicidad. Gloria cantemos al Redentor que por nosotros quiso morir; y que la gracia del Salvador siempre dirija nuestro vivir. Amigo y hermano. Hoy es día de glorificar a nuestro Dios, cantar alabanzas, orar y agradecer por nuestra condición. Sea cual sea. Tenemos la mejor esperanza de vida, vida eterna. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.
