
“Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada” (Salmos 68:5). Esta imagen de Dios no es distante ni institucional: es íntima, protectora y profundamente compasiva. Él no solo reina desde lo alto, también se inclina hacia los vulnerables.
Este episodio reflexiona sobre el carácter paternal y defensor de Dios. En tiempos donde muchos se sienten desprotegidos, solos o abandonados, esta verdad nos recuerda que Dios toma partido por los que no tienen quien los defienda. Su santidad no lo aleja del dolor humano, lo acerca.
“Padre y defensor” es una declaración de esperanza. Este episodio es para quienes necesitan recordar que no están solos, que hay un Dios que cuida, que defiende, y que llama familia a quienes el mundo ha dejado fuera.
Preguntas para reflexión
- ¿Has experimentado a Dios como Padre en medio de tu vulnerabilidad?
- ¿Qué significa para ti que Él defienda a los que no tienen voz?
- ¿Cómo puedes reflejar ese carácter protector en tu trato con otros?
Dios no solo gobierna, también abraza. Hoy, descansa en esta verdad: Él es Padre… y defensor.