
/
“La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16). Esta afirmación poderosa nos recuerda que nuestras oraciones no son palabras al viento. Cuando estamos en Cristo, nuestras oraciones tienen peso, impacto y propósito.
Este episodio nos anima a no subestimar el poder de una oración sincera. No depende de que seamos perfectos, sino de que caminemos con Dios. La justicia que da Cristo es la que respalda nuestras palabras ante el Padre.
Orar con fe, integridad y perseverancia no solo cambia las circunstancias externas, sino también el corazón del que ora. La oración del justo no es perfecta, pero es poderosa porque está anclada en la voluntad de Dios.
Preguntas para reflexión:
- ¿Crees que tu oración puede tener un impacto real? ¿Por qué sí o por qué no?
- ¿Estás caminando con Dios de manera que tu oración fluya de una vida justa?
- ¿Qué ejemplo de “oración eficaz” has visto o vivido personalmente?