
La Biblia nos revela eventos extraordinarios en Apocalipsis 6:1-2 (NLT): “Mientras miraba, el Cordero rompió el primer sello del rollo. Entonces oí que uno de los cuatro seres vivientes decía con voz de trueno: ‘¡Ven!’ Miré y vi un caballo blanco. Su jinete llevaba un arco y recibió una corona, y salió para ganar muchas batallas y obtener la victoria.” A simple vista, parece un símbolo de conquista, pero muchos creen que representa una paz falsa y temporal.
La profecía bíblica nos muestra una secuencia en la que la iglesia es arrebatada antes de que estos eventos ocurran. Sin embargo, lo que sigue es un periodo de engaño y aparente armonía mundial. ¿Acaso no estamos viendo ya señales de este movimiento hoy?
Los esfuerzos globales por unidad, una economía centralizada, el control ambiental y respuestas unificadas ante crisis son el reflejo de un viejo intento: el de la Torre de Babel (Génesis 11:4 NLT): “Entonces dijeron: ‘Vamos, construyamos una gran ciudad para nosotros con una torre que llegue hasta el cielo. Esto nos hará famosos y evitará que nos dispersemos por todo el mundo.’” Dios frustró este plan, impidiendo la consolidación del poder humano sin Su guía.
Es innegable que los discursos en favor de la paz mundial y el gobierno unificado suenan atractivos. La idea de un mundo sin conflictos, con acceso equitativo a recursos y estabilidad económica parece perfecta. Pero ¿qué precio se paga por ello? ¿Es realmente una paz duradera o solo el preludio a algo más oscuro?
Los textos proféticos advierten sobre líderes que traerán soluciones seductoras pero con una intención oculta. Daniel 8:25 (NLT) dice: “Él será un maestro del engaño y se volverá arrogante; destruirá a muchos sin previo aviso. Se enfrentará incluso al Príncipe de príncipes en batalla, pero será quebrantado, aunque no por intervención humana.” Un liderazgo global con un mensaje de paz podría ser el paso previo a una dominación más peligrosa.
Entonces, ¿cómo debemos reaccionar? No con miedo, sino con discernimiento. Jesús nos dio señales para estar atentos y vivir preparados, sin caer en narrativas que parecen justas pero que pueden conducir a un desenlace profético. Mateo 24:4 (NLT): “Jesús les dijo: ‘No dejen que nadie los engañe.’”
Las Escrituras nos invitan a mantenernos firmes en la fe y a interpretar los tiempos con sabiduría. No se trata de pánico, sino de claridad. Este mundo se mueve rápido, pero Dios ya nos dio el mapa de lo que vendrá. La pregunta es: ¿Estamos prestando atención?