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A veces, la vida nos sorprende con bendiciones inesperadas que superan nuestros deseos. En 1 Reyes 3:13, Dios recompensa a Salomón con riquezas y honor, más allá de lo que él había pedido. Reflexionamos sobre cómo Dios puede proveer más allá de nuestras expectativas cuando priorizamos su voluntad.