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Eclesiastés 10:1 nos recuerda cómo pequeñas imprudencias pueden arruinar la sabiduría y el buen testimonio, igual que una mosca estropea el perfume del perfumista. Reflexionamos sobre la importancia de cuidar nuestras acciones y decisiones diarias, pues incluso los errores más pequeños pueden tener un gran impacto en nuestra vida y en cómo somos percibidos por los demás.