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En un mundo donde los conflictos familiares pueden ser difíciles de resolver, Romanos 12:19-20 nos invita a dejar la venganza en manos de Dios y a responder con bondad, incluso ante las ofensas. Reflexionamos sobre cómo estas enseñanzas pueden transformar la dinámica familiar, promoviendo la reconciliación y la paz en lugar del resentimiento.