Episodio 287: Una multitud triunfante

Episodio 287 - Una multitud triunfante
Palabra Viva
Episodio 287: Una multitud triunfante
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INTRTODUCCION

Buen día, amados hermanos, vecinos, conocidos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Una multitud triunfante” Y estamos utilizando en el Nuevo Testamento, el texto de Apocalipsis 7:9 y dice así: ”Después de esto, miré y vi una gran multitud que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas de pie delante del trono y delante del cordero vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos.”

ORACION

Oremos. Padre alabado y santificado sea tu nombre, alabado seas por la eternidad Padre, gracias por la vida y por tu palabra inspiradora, pura santificada para revelarnos el futuro del gozo que tendremos en adoración al que vive para siempre, nuestro Señor Jesucristo.

Hoy Señor, Padre Jehová Dios, en oración queremos afirmar nuestros pasos solicitando el perdón de pecados, solicitamos restauración y que el Espíritu Santo sea con nosotros, en nuestros tiempos finitos persiguiendo los pasos de Jesús en pensamientos y hechos.

Bendice nuestra congregación Padre y todos aquellos que estén escuchando y meditando a través de esta palabra que tú nos permites, Señor compartir. En el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.

MEDITACION

Ok, veamos el panorama. En esta escena del Apocalipsis trae mucha esperanza, ya que representa a un grupo de todas las naciones librados de la ira de Dios. Estaban con vestiduras blancas como símbolo de victoria ante la adversidad por causa de la palabra de Dios.

Cuando leemos que estaban delante del trono, recordamos los capítulos anteriores en Apocalipsis 4:4, donde 24 ancianos están alrededor del trono. Así que el centro de todo es el trono en esta visión. Podemos ver al cordero, a Jesús, Él estaba allí y las palmas en la mano de esa multitud representa a miles de creyentes de todas las naciones dando honor y gloria al que vive por siempre.

Amigo y hermano. Qué bueno es saber que algún día en el tiempo usted y yo podremos estar allí adorando al Rey con palmas de fe y esperanza, con vestiduras blancas y con un gozo permanente ante Dios.

En la época de Juan, las vestiduras de los creyentes estaban manchadas de sangre y sus corazones sufrientes. Pero en este momento glorioso no sólo los israelitas serían salvos, sino gente de todo el mundo que depositó su fe en el cordero de Dios, en nuestro Señor Jesucristo.

En este día te pregunto ¿Cómo crees que están tus vestidos delante del Señor? ¿Tienes tus palmas listas para presentarte delante de él? Sólo usando nuestra imaginación nos da esperanza. El saber que algún día juntos podremos decir alabado sea Dios, Cristo reina. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.