INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, vecinos, conocidos, amigos. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: “Para que celebre en el desierto” Estamos utilizando en el Antiguo Testamento en el libro de Éxodo 5:1 y dice así: ”Después, Moisés y Aaron fueron y dijeron a faraón. Así dice el Señor Dios de Israel. Deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta en el desierto.”
ORACION
Padre celestial en el nombre de Jesús oramos en esta hora, Señor. Para darte gracias por tu misericordia por tu amor. Señor porque tu eres ese Dios eterno, el Dios del amor del perdón, Señor de la justicia. Y por eso Señor, buscamos tu rostro. Y sabemos que de tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra. Conforme a tu palabra deseamos andar, conocerte más y más en todo momento pese a nuestras dificultades humanas.
Solicitamos perdón por nuestros descuidos, aun conociendo tu palabra. Restáuranos, santifícanos en esta hora. Nuestra dependencia de ti es urgente en todo tiempo. Bendice, Padre Santo, nuestra congregación y todos los fieles que persisten cada día en escuchar tu palabra a través de estas meditaciones. En el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Veamos el panorama. Cuando leemos estas palabras nos preguntamos. ¿Por qué el pueblo de Israel debía de celebrar en el desierto? Dios le había anunciado al faraón el lugar donde iba a llevar a su pueblo después de su liberación.
Pensando un poco. Decir desierto, es decir un lugar incómodo, y casi imposible de celebrar algo. La vida no es posible en este lugar. Entonces, ¿Cómo Dios quería que ellos celebrarán en ese lugar? ¿Qué lección enseñaría a su pueblo?
Amigo y hermano. Cuando volvemos a leer el texto detenidamente, las palabras “deja ir a mi pueblo” ¿Para que? Nos preguntamos ¿No era mejor quedarse en Egipto en un lugar seguro?
He aquí la lección, primero en el desierto. Sólo los que tienen agua y alimento pueden sobrevivir. El trayecto normal sería 40 días, o sea un tiempo, no toda la vida. Dios quería enseñarle a su pueblo la lección de su vida. Y ésta era la dependencia de ellos en su Dios, además de encontrar gozo en el desierto.
Ellos debían aprender a celebrar y dar gracias a Dios en todo por su liberación. En este día, si pertenece a Dios, tú también puedes celebrar la salvación que te dio. Cuando cruces un gran desierto, recuerda que fuiste sacado de las garras del faraón para celebrar a Dios en todo momento y lugar. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.