INTRODUCCION
Buen día, amados hermanos, vecinos, conocidos, colegas, y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación la hemos titulado: ¡Te ruego oh Dios! Y está basado en el Antiguo Testamento, en el libro de Números 12:13 y dice así: ”Entonces Moisés clamó a Jehová diciendo. Te ruego oh Dios que los sanes ahora.”
ORACION
Oremos. Padre celestial, nuestra solicitud sea considerada delante de tu presencia. El perdón del pecado. Si no hemos perdonado, si no desarrollamos la enseñanza del amor verdadero, que las tareas encomendadas Señor, han sido descuidadas, todo pecado Señor restáuranos.
Y que el Espíritu Santo nos consuele y nos gocemos en la unidad del perdón y del amor. Bendice Padre a quienes estén prestos a estas enseñanzas. En el Santo nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
MEDITACION
Ok. Vamos a ver el panorama. Vemos entonces como Moisés clama a Jehová. ¡Qué triste es leer este acontecimiento que se dio en la época de Moisés! Sus hermanos murmuraron del siervo de Dios por causa de una mujer cusita, negrita entre paréntesis, aunque era su derecho de escoger a su compañera después de la muerte de Sephora, su primera esposa
Los hermanos, ellos, quisieron menospreciar a esta mujer y por lo tanto a su hermano. Dios se molestó por esto y volvió leprosos, a María por ese pecado y reprendió a Aarón por la murmuración. Moisés intercedió en favor de su hermano y pidió misericordia al Señor.
Él, aunque no era responsable de las acciones de sus hermanos los amaba. Su corazón siempre fue a favor de sus hermanos, aún en sus torpezas. La historia nos narra que fueron restaurados.
Que esta pequeña meditación nos haga a nosotros, Señor, meditar sobre nuestro comportamiento en nuestros lugares donde vivimos, con nuestra familia, con la congregación. Que nuestro sentir sea siempre positivo delante de Dios. Que Dios bendiga tu día hasta luego.
