introduccion
Buen día, amados hermanos, amigos conocidos y quienes me escuchen. Bienvenidos a nuestra comunión con Dios. Hoy nuestra meditación, la hemos titulado: “La vida.” Basado en el Nuevo Testamento en el libro de Juan 1:4, y dice así: ”En él estaba la vida. Y la vida era la luz de los hombres.”
oracion
Oremos. Padre celestial. Invocamos tu nombre, y buscamos tu rostro. Porque eres el Dios nuestro, el Padre del amor, el perdón, omnipresente, eterno. Y clamamos, Padre, santificado sea tu nombre, ahora y para siempre.
Estamos agradeciéndote por nuestra salvación, la vida misma a través de Jesucristo. Hoy estamos prestos a continuar nuestros quehaceres, de acuerdo a tu voluntad. Fortalécenos, bendice nuestra congregación. En el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.
meditacion
Ok. Cuando Juan escribe acerca de la vida, se refiere a la persona de Jesús. Es en El que se encuentra la vida. Es esa vida que alumbra el camino de la humanidad. Cuando no tenemos a Jesús, realmente no tenemos la vida.
¿Y usted se preguntará, pero si estoy respirando y estoy vivo? ¿Entonces? ¿Por qué me está diciendo que no tengo la vida? Bueno. Déjame explicarte. Si lees bien este capítulo de Juan, en el versículo anterior, o sea el versículo 3, leerás que todas las cosas fueron hechas por medio de El y para El.
¿Qué significa esto? Que El es el creador del universo y el sustentador de las cosas. Y no entendemos que toda vida viene de El, entonces es como estar muertos en vida y estaríamos viviendo en una gran ignorancia espiritual.
Amigo y hermano. Cuando Juan dice que la vida, o sea Cristo, es la luz de los hombres, se refiere a ese ser que disipa las tinieblas y que abre paso a la claridad. Uno no puede estar viviendo por vivir, o pasar el escenario de la humanidad como si fuera un simple paseo. Todo en esta vida tiene un por qué, tiene una razón de ser.
Debemos entender que cuando recibimos a Cristo como nuestro único Señor y Salvador, no sólo vemos la vida como realmente es, sino que en nuestro camino habrá luz para avanzar. Aquellos que no tienen a Jesús como Señor, solo son simples criaturas de Dios.
Pero aquellos valientes que creen lo que dicen las escrituras sagradas, que todo aquel que le recibe, El le da la potestad de ser llamados hijos de Dios. Juan 1:12. Aquí hay una gran diferencia, entre ser criatura de Dios, un ser que se mueve, o hijo de Dios, un ser que vive realmente según su voluntad.
Ahora entiendes que la vida no es una simple palabra, sino que la vida es Jesús. El lo dijo en Juan 14:6, Yo soy la vida. Que el Señor bendiga tu día hasta luego.
